30 Noviembre de 2020 16:10
Luego de que fueran declaradas como plaga en Madrid y en zonas de Chile, algunas provincias observan con preocupación el avance de las aves cata común o cata verde, conocidas como "cotorritas", por el daño que provocan en algunos cultivos.
En ese sentido, en noviembre el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (ISCAMEN) también las declaró como plaga para la agricultura en todo el territorio provincial.
Firmada por el titular del Iscamen, Alejandro Molero, la resolución anuncia que busca "la protección fitozoosanitaria en toda la provincia, instrumentando un sistema de control sanitario, de plagas y/o enfermedades, de los productos vegetales y animales".
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Paralelamente, la Fundación Cullunche, presidida por la ambientalista Jennifer Ibarra, repudió la medida expresando que vende "espejitos de colores con que entretenerse, mientras los problemas de fondo no se solucionan", apuntando al uso de agrotóxicos para envenenar a las aves, armas de fuego, quema de nidos y tala de árboles.
Según la organización, no hay "relevamientos poblaciones" ni "estudios serios" que justifiquen la decisión, a la que calificaron como una solución "del siglo pasado en 2020".
En Corrientes, mientras tanto, las autoridades actuaron después de detectar cotorras anidando en un árbol de la capital céntrica. Así, el director de Recursos Naturales de la Provincia, Carlos Bacqué, dispuso la intervención del centro de conservación y unidad de rescate de fauna silvestre Aguará.
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La cotorra verde fue declarada como plaga por la provincia de Buenos Aires en el 2018, pero recién este año en Junín se vieron incrementadas las bandadas de cotorras en las zonas céntricas, el Parque Borchex y las lagunas.
Debido a que no tiene predadores naturales en América del Sur, la población de cotorras a veces crece descontroladamente en algunas zonas. La deforestación y el monocultivo de soja facilitan su reproducción y también la de otros animales considerados plaga, como las chinches verdes y las orugas.
Sin embargo, en otras provincias como Córdoba, Río Negro y Tucumán por ahora estas aves no constituyen una amenaza para los cultivos.