La situaciones de los hogares para niños y adolescentes en todo el país es bastante compleja, ya que ante la llegada del coronavirus, muchas son las herramientas que empezaron a faltar para poder cuidar a los menores.
Incluso, en las últimas horas el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat del Gobierno porteño confirmó que recientemente se constató el contagio de 54 chicos y adolescentes menores de 18 años, y que los nuevos casos fueron registrados en el hogar "Apapachar", del barrio de Mataderos.
Ante esta esta falta de auxilio, y con un panorama bastante desolador particularmente en la Capital Federal, las organizaciones que integran el colectivo Infancia en Deuda solicitaron la intervención del jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta; la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad, María Migliore; el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán González Bernaldo de Quirós, y la presidenta del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de CABA, Karina Leguizamón; por “la gravísima situación que enfrentan las niñas, niños y adolescentes que viven en dispositivos de cuidado alternativo”.
Según informaron desde la organización, la presentación también fue remitida a la defensora Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes, Marisa Graham, y a la directora de Niñez y Género de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, María Elena Naddeo, ya que el momento que atraviesan estos establecimientos es bastante particular.
En diálogo con este portal, Andrés Segade, coordinador del Área de Incidencia e investigación de Doncel (una asociación civil que acompaña a adolescentes y a jóvenes sin cuidados parentales en su camino a la vida adulta, y que forma parte a su vez de Infancia en Deuda), explicó que los chicos que ven sus derechos vulnerados, en algunos casos son alejados de sus familias por decisión de un organismo administrativo que toma esta medida excepcional para protegerlos.
Según él, la situación previa a la pandemia de estos dispositivos de cuidado en la Ciudad de Buenos Aires no era la ideal, pero aún así era muy diferente a la de el resto de las provincias, ya que estos establecimientos contaban, y todavía tienen, muchos más recursos que los otros.A pesar de esto, aseguró que existen varios hogares con carencias, los cuales incluso deben realizar tareas de recaudación de fondos propios porque el dinero no les alcanza para poder garantizar los derechos de los niños.
"Cuando arrancó la situación de pandemia y de aislamiento obligatorio, los dispositivos de cuidado nucleados en la Red de Hogares de la Ciudad de Buenos Aires han hecho varios petitorios públicos hacia el Gobierno porteño para exigir recursos económico extraordinarios, y aunque sabemos que esos recursos se comprometieron desde la Ciudad a ser dados, no sabemos a ciencia cierta cuanto de eso se terminó pagando", comentó Segade.
Sobre esto, el licenciado en Ciencias Políticas dijo que como en la Ciudad el impacto de la pandemia es mayor, los recaudos a tomar deben ser también más, aunque no siempre se logra eso. "Muchas veces los hogares son controlados, pero no tienen la capacidad de capacitación, de generar el mejoramiento de sus condiciones edilicias, de tener protocolos, etc", aclaró.
En relación a los protocolos, explicó que los trabajadores que realizan tareas en los hogares no están al tanto de las nuevas especificaciones emitidas ante la llegada del coronavirus, y que además tampoco se han hecho capacitaciones específicas para que los cuidadores las conozcas y sepan cómo actuar.
"Muchas veces los protocolos exigen cosas que los hogares no pueden cumplir. La cantidad de personal que trabaja también es un problema, debido a que hay muchos con licencias, por obvias razones", contó.
Del mismo modo, señaló que otro de los riesgos más comunes es que el personal contraiga la enfermedad, y que eso genere que queden menos personas a cargo de los niños. Por esto mismo, manifestó que es necesario que los trabajadores estén capacitados para estar con los chicos y que además sepan cómo cuidarse y cuidarlos.
Segade, que trabaja para Doncel, una de las organizaciones que integran Infancia en Deuda, también comentó que ante la aparición de un casos sospechoso de Covid-19, dentro de los hogares tiene que haber un lugar para que el niño esté aislado, al mismo tiempo que debe haber un trabajador que esté permanentemente con él, para poder asistirlo.
"Cuando hay un ingreso de un nuevo niño, no lo pueden aislar los días correspondientes ni le pueden hacer un testeo para saber si no tiene coronavirus, y eso es algo que se estuvo exigiendo desde un primer momento", aseguró.Ante la particular situación en los hogares de cuidado de la Ciudad, el especialista aclaró que hubo un acercamiento entre la Red de Hogares y la gobernación para brindar una ayuda económica, pero que aún así se necesita más dinero para tener los elementos de higiene, mantener la educación de los chicos, su alimentación y su salud.
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Si bien se sabe que los niños no son los más afectados por el coronavirus, Segade admitió que "sí lo son cuando hablamos de pobreza económica", ya que los que viven en los dispositivos de cuidado, son niños que ya vieron sus derechos vulnerados y hay que trabajar para que eso no vuelva a ocurrir."Hay muchos chicos que tienen discapacidades o problemas de salud preexistentes, entonces pueden ser pacientes de riesgo, y por eso estamos ante una situación que necesita que el Gobierno de la Ciudad tome cartas en el asunto, para acompañar a los dispositivos de cuidado en las mejores medidas y evitar que esta enfermedad se siga expandiendo", cerró.
La ayuda del Gobierno
Por su parte, Unicef Argentina confirmó a este sitio que en una acción conjunta con el el Ministerio de Desarrollo Social y la Secretaria Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), firmaron el pasado 11 de junio un convenio nacional para lanzar la iniciativa AUNAR, la cual tiene por objetivo que más de 9 mil chicos y personal de cuidado en 500 instituciones de protección y centros cerrados puedan acceder a elementos de protección personal, higiene y equipamiento lúdico pedagógico.Lanzamos “Aunar” para fortalecer instituciones y hogares para niñas, niños y adolescentes y brindarles insumos de cuidado e higiene personal y recursos de juegos y recreación garantizándoles los derechos a la salud y al juego: https://t.co/VvTx9lzMAd#CuidarteEsCuidarnos pic.twitter.com/DqzAQWtxWE
- Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (@MDSNacion) June 12, 2020Según especificaron en el comunicado realizado por Unicef, en nuestro país hay más de 9 mil chicos que viven privados de los cuidados de sus familias o en dispositivos institucionales, por lo que ante la pandemia, la SENAF se comprometió a hacer la entrega de 700 tarjetas de débito CABAL con un monto precargado de $3.300 destinada a que los adultos en los hogares y centros cerrados de todo el país las usen para equipar sus espacios con elementos para limpieza y recreación.
De este modo, la SENAF firmará un acuerdo con cada una de las 24 jurisdicciones que componen a la Argentina con el fin de implementar la distribución de tarjetas AUNAR, las cuales tienen un monto precargado con el fin de ser utilizado para la adquisición de los elementos para limpieza y recreación, teniendo en cuenta el contexto de aislamiento o distanciamiento social preventivo y obligatorio en sus diferentes etapas según las regiones.
Además, el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (CDNNyA) de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires mantiene vigente desde el año 2017 el Programa Abrazar, el cual tiene como principal finalidad intervenir en el proceso de vinculación entre niñas, niños y adolescentes sin cuidados parentales (NNA) que residen en diversos Hogares Convivenciales (HC) propios o conveniados con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) y aquellas personas externas al hogar que quieran y puedan asumir el rol de Referentes Afectivos (RA).