17 Enero de 2022 11:06
A medida que la pandemia del Covid-19 avanza en el mundo y se mantiene en el tiempo, los investigadores empiezan a girar el tema de discusión en cuanto al foco central de atención. Cuando apareció el virus, la prioridad era era su estudio; después se pasó a la vacuna, luego a cómo convivir con él y ahora la discusión se centra en la respuesta inmune del cuerpo humano para combatirlo.
Mucho se habló sobre los anticuerpos neutralizantes que son el pilar del sistema inmune. Básicamente, lo que hacen es evitar que te contagies. A medida que avanza el tiempo, estos disminuyen. De ahí, por ejemplo, es que se da una dosis de refuerzo o la tercera dosis, no para disminuir la chance de que la persona termine en terapia intensiva o sufra un cuadro grave, sino para reducir la chance de transmisión.
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“En general, los anticuerpos neutralizantes evitan que te infectes en primer lugar”, dijo en declaraciones al diario VOX, Lewis Lanier, presidente del departamento de microbiología e inmunología de la Universidad de California en San Francisco. ¿Cómo funcionan este tipo de anticuerpos? Básicamente se adhieren al virus cuando ingresa al organismo para impedirle que contagie otras células, es decir que se propague en el cuerpo.
Como ya se dijo muchas veces, a mayor propagación hay más chances de que mute el Covid-19. El SARV-COV 2, por ejemplo, desde su aparición en 2002 presentó varias mutaciones pero recién la de 2019 generó un impactó en el cuerpo humano. La gripe es uno de los virus que más muta, por su facilidad, de ahí la vacunación anual contra la misma.
Sin embargo, tal y como contó en reiteradas ocasiones BigBang, lo cierto es que hay temor en los especialistas de que aparezca la conocida variante “Doomsday” (fin del mundo en inglés) que es la que, siempre hablando hipotéticamente, no sería combatida por las vacunas. Ahora bien, con este escenario de anticuerpos que disminuyen, ¿por qué no sufrimos un cuadro severo de Covid si estamos vacunados?
El sistema inmune tiene una memoria, un manual de prácticas para combatir a los virus que se activa cuando ya están en el organismo afectando células. Esto se conoce como células T y B. Su funcionamiento es el siguiente. Las células T citotóxicas, surgen de la médula ósea para generar que las células infectadas se autodestruyan sin intervenir con las que están sanas.
No tienen la capacidad de prevenir la enfermedad, sino de combatirla. Después están las células T auxiliares que lo que hacen es estimular la producción de un grupo diferentes de glóbulos blancos (que vendrían a ser para que se entienda los solados del sistema inmune humano) que se denominan células b que son los que combaten al virus para sacarlo del sistema.
Este proceso es el que activan en primer lugar las vacunas al obligar al cuerpo a producirlas o el infectarse de Covid-19 (siempre y cuando no termines con un cuadro grave que produzca la muerte). En ambas situaciones las células T y B permanecen activas en el organismo durante un tiempo, para después volver a reposo hasta que se tengan que enfrentar nuevamente contra la enfermedad cuando aparece.
Esto además era una de las explicaciones del porqué los especialistas sostienen que no es necesario hacerse un análisis para saber la cantidad de anticuerpos que uno tiene contra el Covid. Esto se debe a que pueden llegar a no mostrar la protección que dan las vacunas contra el mismo.
“Hay una ventana de tiempo después de que el virus ingresa al cuerpo antes de que realmente comience a manifestar la enfermedad en la persona”, agregó en declaraciones al mencionado medio Deborah Fuller, profesora de microbiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington. “Esa ventana de tiempo permite que el sistema inmunitario que ha sido vacunado y tiene respuestas inmunitarias de memoria recuerde muy rápidamente y apague el virus antes de que realmente cause la enfermedad”, remarcó.
Una de las cuestiones que están analizando también tiene que ver con la respuesta de las células T y B a la variante Ómicron, pero también al resto de ellas. “A medida que expones el cuerpo humano, incluso al mismo antígeno una y otra vez, nuestro sistema inmunológico también evoluciona”, dijo Fuller. “Lo que estamos empezando a ver en personas con terceras inmunizaciones es una [respuesta] de anticuerpos que es más amplia”.