Después de que varios países de Europa debieran dar marcha atrás y retomar las políticas de aislamiento por el segundo brote de Covid-19, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, habló sobre la nueva cepa que circula en el Viejo Continente y anticipó que ya trabajan en un plan para evitar una nueva propagación en la Argentina.
"Durante el verano europeo, se perdieron los tres componentes que habían hecho bajar la primera curva de contagiosidad: la intensidad de las políticas públicas para la prevención, el rastreo, testeo y detección de la enfermedad", señaló, al tiempo que apuntó contra el "aprendizaje ciudadano" y el "comportamiento social" que se registró en Europa, después de que se levantaron las restricciones.
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Durante el verano boreal, según Quirós, "las políticas públicas bajaron su intensidad; la ciudadanía había tenido una falsa sensación de finalidad de la pandemia y perdió la capacidad de cuidarse de los súpercontagios. Hubo un cambio de la dinámica social por el contexto de las vacaciones y los comportamientos de la juventud que hicieron que el virus encuentre otros canales de circulación".
El concepto de "súpercontagios" fue introducido por la cartera de salud porteña el último mes. "Es cuando un pequeño grupo de los enfermos contagia a un gran número de los nuevos enfermos y los enfermos actuales se contagian poco. Se da en encuentros en lugares cerrados donde la gente está mucho tiempo".
Consultado sobre la posibilidad de que haya un rebrote en el AMBA después de las vacaciones, Quirós fue categórico: "Si la mayoría de la gente piensa que no se quiere cuidar, el rebrote es inevitable. Queremos sostener un verano donde la gente disfrute de sus vacaciones".