04 Diciembre de 2021 08:00
A lo largo de estos casi dos años de pandemia, hemos escuchado en varias ocasiones la aparición de nuevas variantes, y de hecho, hace apenas muy pocos días de detectó una nueva en los Países Bajos y en Sudáfrica, la cual ya fue llamada como Ómicron.
Si bien ahora ya fue reportada en varios países y la evidencia preliminar sugiere que puede tener un mayor riesgo de reinfección que otras, lo cierto es que aún no está del todo claro lo que puede llegara generar ni tampoco los síntomas que puede provocar en los pacientes.
Desde principios de junio el organismo usa las letras del alfabeto griego para referirse a las distintas variantes, con el objetivo de simplificar la discusión y ayudar a eliminar el estigma que puede generar que una variante vaya asociada al nombre de un país, lo que ocurría cada vez que aparecía una nueva.
La Ómicron, por ejemplo, es una de las cinco variantes que, al menos por ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera de "de preocupación" por diferentes factores. Así denomina a aquellas a las que se les asocia un aumento de la transmisibilidad,un aumento de la virulencia o un cambio en la presentación clínica de la enfermedad.
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A esta categoría pertenecen las variantes alpha, beta, gamma y delta, identificadas por primera vez, respectivamente, en Reino Unido, India, Brasil y Sudáfrica. Además de las "de preocupación", están las consideradas "de interés". En este caso se trata de aquellas cuyo genoma presenta mutaciones en comparación al virus de referencia y han sido identificadas como causa de transmisión comunitaria o detectadas en varios países.
Una de ellas es la variante lambda, que se encontró por primera vez en agosto de 2020 en Perú, cuando se le denominó C.37 o "variante andina" y ahora está presente en 29 países. Otra es la variante mu, identificada en Colombia el pasado mes de enero y que está presente en 40 países.
De todas las identificadas al día de hoy por la OMS, hay 14 variantes de SARS-CoV-2 que han dejado de ser monitoreadas porque ya no circulan a niveles considerados significativos para la salud pública global. Esto sucede porque están circulando desde hace tiempo sin causar gran impacto en la situación epidemiológica de los países o porque evidencias científicas han demostrado que no están asociadas a grandes preocupaciones.
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Entre ellas están las mutaciones anteriormente conocidas como epsilon (identificada en Estados Unidos), zeta (identificada en Brasil) y theta (identificada en Filipinas). Las tres ya estuvieron clasificadas como variantes de interés.
Lo que hay que saber es que normalmente las mutaciones de un virus se dan cuando hay un número elevado de casos. Un ambiente así es propicio para que esto suceda, y en ocasiones, el virus muta de una forma que le permite sobrevivir y reproducirse, y así estas variantes pueden convertirse en dominantes.