Si bien la provisión de combustibles en las 5.000 estaciones de servicio de todo el país comenzó a normalizarse "paulatinamente", los argentinos amanecieron este miércoles con un aumento en la nafta y el gasoil del casi 10% tras el vencimiento del programa Precios Justos.
Las conversaciones entre las autoridades del ministerio de Economía y las petroleras están centradas en fijar una suba. Desde el Gobierno apuntan a renovar el acuerdo de precios, mientras que las compañías esperan un incremento en torno al menos del 20 por ciento. Por ahora, la puja está entre un piso de 5 por ciento y un techo de 10 por ciento. En algunas estaciones de servicios ya aplicaron subas, según el relato de automovilistas.
De esta manera, mientras que el ministro de Economía, Sergio Massa, y los directivos de las principales petroleras retomarán durante esta jornada el diálogo para discutir la política de precios que regirá a partir de noviembre, se espera que en el curso de esta semana esté totalmente regularizada la falta de combustible.
Massa había anunciado al término de una reunión con los directivos de la Unión Industrial Argentina (UIA) que en las últimas horas de la jornada realizará una evaluación sobre el avance del abastecimiento en las distintas regiones del país y había adelantado que convocó para este miércoles a los directivos de las petroleras.
En ese encuentro, anticiparon colaboradores del ministro, se discutirá la continuidad de las medidas que aseguren el abastecimiento del mercado para que no vuelvan a repetirse situaciones como la de los últimos días con quiebres de stock en las estaciones de servicios.
Además, se charlará la política de precios que se seguirá tras los 45 días de congelamiento dispuesto a mediados de agosto pasado. Fuentes del Palacio de Hacienda explicaron que lejos de la pretensión de las compañías de retomar aumentos en cifras superiores al 20%, la idea del equipo económico es que el incremento esté alineado con el esquema de Precios Justos, que se ubica en torno al 5% en las negociaciones con distintos sectores.
A mediados de agosto, las secretaría de Energía y de Comercio Interior validaron con las petroleras en la semana posterior a las PASO una suba de 12,5% promedio de los combustibles y el compromiso de no mover los precios hasta ahora como parte de las medidas de compensación por la devaluación del 22%.
Por entonces, la negociación incluyó una reducción del precio interno del barril de petróleo a 56 dólares, el congelamiento del tipo de cambio, la reducción de impuesto para las exportaciones, mayor disponibilidad de acceso a divisas y temporariamente un tipo de cambio diferencial para la liquidación.
A ese escenario se sumó en los últimos 15 días una situación progresiva de desabastecimiento que Massa interpretó como fruto de "especulación y stockeo de las petroleras" ante la suposición de una eventual devaluación tras la primera vuelta electoral o un fuerte incremento de precios tras el congelamiento.
Luego de la amenaza de interrumpir las autorizaciones de exportaciones de crudo a las petroleras, la provisión de combustible en las estaciones de servicio de todo el país comenzó a normalizarse "paulatinamente" y se espera que en el curso de esta semana vuelta todo a la normalidad.
La Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha) aseguró que hubo "un incremento" en la provisión de combustibles y que si el abastecimiento continúa en los volúmenes comprometidos, la situación "podrá regularizarse durante la presente semana".
Por su parte, el presidente de la Federación de Empresarios de Combustible de la República Argentina (Fecra), Vicente Impieri, manifestó que "la situación tiende a normalizarse", pero "va a llevar unos días para alcanzar el nivel de hace dos o tres semanas", antes de que comenzaran los problemas de abastecimiento.
En un comunicado, Cecha se refirió al "Plan de Acción para normalizar el abastecimiento interno" que las petroleras dieran a conocer el lunes de esta semana, y señaló al respecto que "se viene produciendo un incremento en la provisión de combustibles, en los términos indicados".
"De disponerse en forma continua, con los volúmenes comprometidos, el ritmo de llenado de tanques de nuestras estaciones de servicio podrá regularizarse durante la presente semana, situación que ya comenzó a ser palpable en los grandes centros urbanos", agregó.
La entidad remarcó la importancia de "transmitirles tranquilidad" a los usuarios "a los efectos de evitar un estrés operativo" en los puestos de venta y que "la situación de abastecimiento tiende a revertirse en forma acelerada".
En el mismo sentido se expresó Impieri, quien aclaró que "por una cuestión de logística" las estaciones de servicio del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) serán las primeras en alcanzar la normalización plena, ya que el transporte del combustible descargado de los barcos demorará en completar toda la cobertura en el Interior.
Sin ir más lejos, el titular de la entidad que representa a las estaciones de servicio de CABA y la provincia de Buenos Aires, donde se concentra casi el 50% de los 5.000 puestos de atención de toda la Argentina, destacó que hasta este lunes "el nivel de demanda era superior al de la entrega de combustible".
En un comunicado conjunto, YPF, Pan American Energy (Axion), Raizen (Shell) y Trafigura (Puma) dieron a conocer que presentaron "un plan de acción para reforzar el abastecimiento pleno en la red de estaciones de servicio y recuperar los niveles de stock operativos de toda la cadena hasta volver a la normalidad".
Tras una reunión que mantuvieron con la secretaria de Energía, Flavia Royon, aseguraron que "se arbitraron todos los medios para acelerar la descarga de barcos con combustible importado que, como sucede todos los años, suplementa la producción local".
Por su parte, Massa dijo que se observa un crecimiento en el abastecimiento de combustibles en las estaciones de servicio, por lo que en las próximas horas se debería normalizar, y volvió a advertir a petroleras por situaciones de "especulación" y "stockeo" de las últimas semanas en medio del clima electoral.
En ese sentido, el titular de la Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines (Catheda), Guillermo Pereyra, expresó hoy que "había que pegarle al chancho para que apareciera el dueño", en referencia al plazo puesto por Massa para que las petroleras normalizaran el abastecimiento de combustible y la advertencia de que, en caso contrario, se suspenderían las exportaciones.
Pereyra, en ese marco, acusó a las empresas petroleras de hacer "una jugada para desabastecer el mercado interno en un período electoral" y en declaraciones a El Destape Radio lo entendió como "una extorsión" para que "se desregularice el precio del combustible".