por Agustin Gulman
06 Octubre de 2016 09:02A cada hora que pasa, la muerte del padre Juan Viroche en Tucumán suma un nuevo misterio. Mientras que el fiscal que entiende en la causa se inclinó por la hipótesis del suicidio, y cuando hace pocas horas surgió la versión de una “pista sentimental”, un oscuro dato aportado por un testigo podría ser clave para aportar luz entre tanta oscuridad.
El Padre Viroche fue hallado sin vida en su habitación de la iglesia de La Florida, en Tucumán.
Se trata de Juan Díaz, el presidente de la Biblioteca Juan Pablo II, de La Florida. Él ingresó a la iglesia instantes después de que retiraran el cuerpo del cura hallado sin vida en su habitación. Lo que observó fue escalofriante. Relató a BigBang que vio sangre y destrozos en el interior de la parroquia.
“Fuimos tres los que pudimos entrar. Estaba rodeado de policías. Había destrozos, una urna destruida, un Cristo de un metro y medio totalmente roto”, describió Díaz, aún conmocionado por la muerte de Viroche. Lo más llamativo lo vería unos pasos después. Un charco de sangre en el piso de la parroquia lo sorprendió. Estaba a poco más de un metro de donde fue hallado sin vida el cura.
“Nos llamó mucho la atención. El charco era de unos 25 centímetros por 15. Es llamativo, porque se ahorcó, a menos que se haya lastimado. Supuestamente en el sector donde apareció no había sangre”, comentó Díaz a este sitio. En total, permaneció entre cinco y diez minutos en el interior de la parroquia de La Florida desde donde Viroche había cuestionado el avance del narcotráfico, pero también había criticado una serie de despidos que se habían producido meses atrás.
Los destrozos al interior de la iglesia también llamaron la atención, no solo de Díaz, sino también de los investigadores. Más allá del Cristo roto y la urna pulverizada que describió el presidente de la biblioteca, también se hallaron otras roturas. “Había dos bancos que estaban volcados, caídos. Eso también nos llamó mucho la atención”, señaló a BigBang.
Díaz es un hombre que mantenía una relación muy cercana al cura fallecido, debido al rol de cada uno. Años atrás, cuando Viroche llegó a cumplir con su misión en La Florida se presentó en la Biblioteca y les dijo que quería participar del acto del aniversario por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia. “La mamá de él tenía un hermano desaparecido”, recordó Díaz.
“La hipótesis del suicidio no cierra”, aseguró, aunque evitó tejer un análisis respecto a lo que podría haber ocurrido. La versión arrojada por el fiscal del caso tampoco le cerraba a la comunidad de La Florida, que ayer criticó con dureza López Avila por su versión sobre el suicidio. “Es un dolor tremendo y una gran pérdida”, destacó Díaz.