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Cuáles son los cinco puntos que no cierran de las declaraciones de Darthés

El reportaje televisivo dejó elementos para el análisis. Porqué no es creíble.

por Rafael Saralegui

13 Diciembre de 2018 15:49
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Le creo, no le creo. A eso parece reducirse en algunos ámbitos la conmoción social que generó la denuncia de la actriz Thelma Fardín, aupada, acompañada por el colectivo Actrices Argentinas contra el actor Juan Darthés por violación cuando estaban de gira por Nicaragua hace 9 años y ella sólo tenía 16. Y la dicotomía se reavivó hoy tras la entrevista televisiva en la que el acusado rechazó los cargos.

De alguna manera, eso es lo que hacen los jueces cuando escuchan a los testigos y a los imputado en juicio oral, cuando la evidencia principal son las palabras, los testimonios, y no existen pruebas materiales o científicas. Pero creer o no, en materia penal, no es sólo una cuestión de fe. Se puede creer o no en la existencia de Dios, pero acá se habla de otra cosa. Hay que hacer un análisis de los dichos y de la versión que dan las partes de los hechos para poder tomar una decisión.

Las estadísticas lo demuestran: ningún acusado, del delito que fuera, admiten su culpabilidad. La excepción es la famosa causa de los cuadernos, en la que un grupo de empresarios eligieron arrepentirse para no ir presos. Pero no existen muchos otros casos en los que un imputado reconozca que cometió un crimen o una violación.

Juan Darthés: "Yo estoy muerto; nunca hice eso, nunca violé ni acosé a nadie"

Y eso es lo que hizo Darthés en la entrevista con Mauro Viale; negó haber violado a Fardín y además aseguró que fue la actriz -entonces de 16 años- de haberse metido en su habitación y que intentó besarlo. Totalmente incomprobable. Más difícil es aceptar que una adolescente de 16 quiera tener sexo con un hombre de 45. Es muy llamativo también cuando dice "si esto llega a ser verdad yo me mato", como si fuera un espectador que aguarda el desenlace de un trama y no el acusado de una violación.

El reportaje deja algunos elementos para el análisis:

Darthés admitió que estuvo solo en una habitación con Fardín. Un dato clave porque confirma en tiempo y espacio que los dos estuvieron juntos en el mismo lugar. Y eso es lo que dijo la actriz en su denuncia.

Habría que preguntarse entonces por qué Darthés admite esa parte de los hechos. Es probable que ya sepa que eso está probado. Que el empleado del hotel que fue a golpear a la habitación ya fue encontrado o que otros chicos del elenco los vieron entrar o subir.

También admite el tema de la tarjeta desmagnetizada. Fardín había dicho que Darthés la invitó a su cuarto a llamar por teléfono a la recepción para pedir que le mandaran otra tarjeta. Ahora es Darthés el que dice que Thelma fue a su cuarto para pedirle prestado el teléfono. Reconoce entonces la cuestión de la tarjeta porque supone que ese detalle puede ser recordado por el personal del hotel o que puede existir algún registro.

Asegura que fue Fardín quien quiso besarlo y que él la rechazó. Y que además le dijo que ella tenía la edad de sus hijos. Eso es justamente lo que Fardín le había dicho cuando comenzó el ataque sexual. Darthés cambia las palabras y se las apropia, pero las había dicho Fardín antes. Como en tantos otros casos, busca torcer los hechos con el uso de las palabras.

En el reportaje, Darthés dice que Fardín estaba entonces de novio con Juan Guilera y que cuando supuestamente se le insinuó, le recomendó que pensara en su novio. Esta misma tarde Guilera dijo en un reportaje que Darthés lo había llamado por teléfono hace unos días, antes de la conferencia de prensa de las actrices, para armar una suerte de coartada de lo que iba a decir en el reportaje televisivo. Es decir, un dato nuevo que da a conocer en el reportaje que no se conocía se le vuelve en contra casi de inmediato.

La nota con Darthés -pese a las críticas que había generado antes de que se conociera su contenido- sirvió no sólo para él pudiera hacer su descargo. También es necesaria para advertir si sus dichos resultan creíbles. Si alguien me pregunta a mí, le contesto: no le creo.

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