26 Marzo de 2020 14:13
La preocupación por el coronavirus es mundial, y con gran parte de la población en una cuarentena casi total, muchos se preguntan qué hay que hacer con la ropa y los zapatos al regresar de la calle, cuando se sale para ir a la farmacia o a un mercado.
Aunque todavía no hay demasiada evidencia acerca de qué pasa con el contagio a través de la vestimenta que traemos de afuera, lo cierto es que hay algunas recomendaciones que son interesantes tener en cuenta para mantener ciertas medidas de higiene que pueden evitar posibles contagios.
En primer lugar, lo ideal es que solo una persona salga a la calle para hacer las compras esenciales, y que el resto de la familia se quede en el hogar. El que sale, debe tener en cuenta que tiene que llevar el pelo recogido, y si puede, vestir una campera sobre su ropa, para evitar el contacto directo con la piel.
Mientras permanezca afuera la persona, tendrá que tratar de no tocarse la cara y usar alcohol en gel cada vez que toque una puerta o manija. Al regresar al hogar, lo mejor es sacarse toda la ropa y ponerla a lavar con bastante cantidad de agua. Luego de eso, lo fundamental es lavarse las manos con agua y jabón, y desinfectar con alcohol al 70% (diluido con 30% de agua) las superficies donde se apoyó la vestimenta.
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Como tip, es importante evitar los lavados con cargas grandes, para que la ropa tenga el correspondiente espacio para agitarse y lavarse. Además, en el lavarropas o en el lavado a mano hay que utilizar más jabón de lo habitual.
En cuanto a los zapatos, si bien no hay una indicación precisa, se aconseja dejarlos en la entrada de la vivienda, o se puede limpiar la suela con lavandina y agua. De igual modo, se recomienda usar siempre el mismo calzado para salir.
Lo que hay que tener en cuenta, es que el coronavirus tiene muchas más chances de transmitirse de persona a persona, que por el contacto de la ropa o zapatos. Según los últimos estudios realizados para ver cómo se comporta el virus en diferentes materiales, entre ellos tejidos, los resultados concluyeron que, tanto en la vestimenta como en el papel, el virus quedaría “atrapado” en sus superficies porosas y no progresaría más allá.