La obesidad y el sobrepeso infantil está creciendo a nivel mundial, y particularmente en la Argentina hay un 37% de los niños entre los 10 y 19 años que poseen exceso de peso.
Más allá de que la cifra es preocupante, en cuarentena la mala alimentación y el desorden a la hora de comer ha aumentado mucho, por lo que es importante tener en cuenta ciertos hábitos que hay que mantener y llevar a cabo, ahora que las familias pasan la mayor parte del tiempo en sus casas, sin poder salir ni distraerse.
Según explicó la médica especialista en nutrición, Virginia Busnelli, el sobrepeso y la obesidad afectan la salud psico-física de los niños, pero también los predisponen a un mayor riesgo de sufrir enfermedades no transmisibles, disminuyen su rendimiento escolar y aumentan las probabilidades de que sufran intimidación o bullying.
En este sentido, la directora del Centro de Endocrinología y Nutrición CRENYF dijo que todos deberíamos tener la oportunidad de tener acceso físico y económico a una alimentación suficiente, segura y saludable, a satisfacer nuestras necesidades nutricionales, a practicar actividad física y a gozar de un sueño y descanso de calidad, aunque actualmente con el confinamiento por el COVID-19 la realidad plantea nuevos desafíos y no siempre se puede alcanzar la seguridad alimentaria nutricional de la manera en que se debe.
De hecho, es cierto que la pandemia del coronavirus ha ocasionado interrupciones importantes en la vida cotidiana de los niños, y por eso muchos de ellos se están viendo profundamente afectados por esos cambios.
La cuarentena, útil para controlar la transmisión de la Covid-19, provocó en algunos casos que se deterioraran los hábitos de salud y el bienestar de los niños. En este contexto se ve un incremento del sedentarismo; un aumento considerable en el tiempo que se usan las pantallas; dificultad para dormir las horas de sueño recomendadas; la presencia de un mayor nivel de estrés en los adultos, que habitualmente se transmite a los niños; el aburrimiento que lleva a la mayor ingesta de alimentos; la dificultad para acceder a alimentos saludables y el fácil alcance de los niños a los alimentos ultraprocesados.
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Pese a que con el aislamiento se acrecientan un montón de conductas que no son beneficiosas para la vida de los chicos, el hogar y el ámbito familiar son un espacio idóneo para fomentar la creación o el fortalecimiento de hábitos saludables que ayuden a generar una mejor alimentación.
Qué hábitos hay que mantener en cuarentena
Cocinar con los chicos no sólo fortalece los lazos familiares, sino que es un recurso para que se diviertan y aprendan sobre los distintos alimentos. La comida en familia es importante porque ofrece un espacio para fomentar la conversación y el cariño, y se asocia a una mejor calidad de alimentación. Sumado a compartir la mesa, es bueno ponerse horarios más o menos fijos para comer, ya que puede contribuir a reducir la ansiedad de los niños.Que haya a mano frutas y verduras permite a los chicos tener una opción saludable y de fácil acceso. Cortar frutas y dejarlas en un plato en la mesada o heladera puede ayudar a aumentar su consumo. Durante la cuarentena hemos aprendido con los niños sobre el lavado de nuestras manos para evitar el contagio del virus, y a partir de esto se les puede enseñar también el valor y la importancia del lavado de las frutas y las verduras antes de consumirlas.
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Si bien la doctora sostuvo que existen recomendaciones para mejorar la alimentación en los niños, como incluir más frutas, verduras, lácteos y alimentos ricos en fibra a su dieta, la realidad es que "no existe un patrón de alimentación saludable exactamente igual para todos, ya que hay numerosos factores que individualizan cada necesitad y situación".De todos modos, sí aclaró que la alimentación en niños, en especial en momentos como este, requiere de flexibilidad y de un abordaje amoroso y empático.