Hace 50 años que Miguel Aleuy, un jubilado comerciante de El Bolsón de 57, vio incendios forestales en su terruño natal. Su padre le decía: "Esto no lo apaga nadie, esto lo apaga la lluvia nomás, hijo. Hay que defender las casas y a defender a la gente nada más. Los animales tenés que abrir las tranqueras, el animal solo busca su supervivencia y después lo buscarás". En este trágico verano de fuegos en la región patagónica, muchas de las enseñanzas de su progenitor evidentemente revivieron dentro de él. Al menos la de la solidaridad.
Es que Miguel desde hace dos años concurre dos veces por semana a bailar rock con amigos y vecinos de toda su vida, que también se ven entusiasmados por la actividad. En este contexto, interpelados por la cruel realidad, decidieron comenzar a elaborar viandas para entregarles a los brigadistas y voluntarios que salieron a pelear contra el avance de las llamas. Primero fue a pulmón, aunque luego pasaron el alias "RockporBolsón", a nombre de Miriam Martínez y la situación se dinamizó por completo, con fondos que ni siquiera saben quién les envió.
Eso, lejos de amedrentarlos o ponerlos bajo presión, los motivó a continuar con su tarea. Ya con el fuego más controlado, y con los brigadistas avocados al incendio en el Parque Lanín de Junín de los Andes, decidieron destinar todos estos esfuerzos a la reconstrucción de las casas de quienes perdieron sus hogares a merced de las llamas y el descontrol. Al igual que La Libertad, el fuego avanza, pero la solidaridad le pone el coto de responsabilidad y seriedad de la que carece la gestión libertaria.
En diálogo con BigBang, Aleuy contó detalles de lo que vivieron en las últimas semanas en la emblemática ciudad patagónica que supo ser el paradigma del hippismo argentino de los años 70. Además, aseguró que la actividad solidaria del grupo del cual participa continuará sin importar razones y se dedicara de lleno a aportar a quienes deben reconstruir su hogar.
¿Cómo se dio la versión solidaria de su grupo de baile?
- En nuestro origen somos un grupo de bailarines que nos juntamos a bailar rock unas dos veces por semana, y en algún evento donde nos sacamos las ganas. Empezó entre nosotros la iniciativa: "Vamos a ayudar a alguien, vamos a ayudar. ¿Cómo podemos hacer?", nos preguntamos. Y empezamos a confeccionar unas viandas. Hay muchísima gente que lo hace, ¿no? Pero empezamos a entregársela a los muchachos cuando bajaban de la montaña o andaban ahí apagando. Los encontrábamos todos sucios, cansados y todo, y les llevábamos una vianda, una botella de agua, una fruta. "¿Tenés hambre, comiste?", Le preguntábamos.
Qué impresionante esta organización a falta del Estado, que tendría que estar haciendo lo mismo que ustedes.
- No, el Estado yo creo que lo hacía también, pero la solidaridad de las y los vecinos lo eclipsó totalmente.
Lo dejó chiquito al Leviatán...
- Lo dejó insignificante, no chiquito. Porque había organismos, como el Comité de Emergencia Municipal (COEM) que se formó. Se reunía el gobernador Alberto Weretilneck, la Patricia Bullrich vino, el intendente. Hablaban pelotudes para decirlo simple. Porque todo para salir por los medios, nada más, para figurar. Pero bueno, era más piola hacer esto sin que nadie te vea. Lo hicimos sólo con la intención de ayudar. Imaginate que me llamaron de la AM 750 y nos apareció dinero en la cuenta que no sabemos quiénes son. Y nos donan fuerte. Eso hablábamos anoche: del compromiso que nos crea para seguir ayudando.
Ahora, por lo pronto, dejamos de hacer comida porque ya los bomberos, los brigadistas que venían de otros lados que eran los que más necesitaban comida y cosas así, los llevaron para el incendio del Lanín. Porque acá ya está prácticamente extinguido, queda la guardia de cenizas nomás. Encima ayer llovió fuerte un ratito y fue impresionante, ayudó muchísimo. Y la guardia de cenizas es la más importante, porque es la del fuego que no se ve, que queda oculto y después por un viento crece.
Ahora lo más importante es reconstruirle a la gente lo que perdieron. Porque ahora ya no somos más noticias, no estamos más en los primeros planos de los medios nacionales. Y gente que se quedó sin nada. A mí me impactaron muchísimo personas que vi un día que fui a repartir. Una mujer que se llamaba Florencia, que vivía con sus tres hijos los cuatro solos en la casa y no les quedó nada, salvo el piso y las paredes del baño nada más. Después el resto eran nada.
- La chancha y los animales del chiquero muertos, la perra con las cuatro patitas quemadas, viviendo en carpa. Y, ¿cómo lo vamos a ayudar? Bueno, yo tenía una salamandra a leña guardada en el galpón mío y se la voy a dar. Vamos a comprar caños y codos y sombreretes, se la vamos a dar. Después, si nos alcanza plata le compraremos una chapa. Pero bueno, es una chapa menos que necesita ella. El Consejo Federal de inversión dice que largó no sé cuántos miles de millones de pesos que firmaron con el Gobernador, pero bueno, hay que ver cómo llega acá.
Cuánta bronca que hay, ¿no?
- Sí. Una de las cosas que más quiero recalcar es el tema de la intencionalidad de los incendios. No puedo creer que haya gente que sea capaz de hacer una cosa así. Y no sé cuánto está la parte política, cuánto está la parte inmobiliaria para después vender las tierras a muy bajo precio y dentro de 15 o 20 años está todo otra vez igual. Pero qué casualidad. Siempre pasa lo mismo.
Tengo 57 años y hace 50 que tengo recuerdos de que las montañas se prenden fuego. ¿Qué pasa? Antes se prendían fuego y se quemaba una o dos casas si había, pero vivía muy poca gente en la montaña, en el bosque. Pero ahora ha venido tanta gente a esta zona con el sueño de vivir en el bosque, y no toman la precaución de construir y limpiar alrededor de las casas. Encima el ser humano genera basura a morir, Y en la montaña no hay recolección de residuos y eso es altamente combustible para para el proceso natural.
Y hay una cosa real acá en los refugios, el senderismo se hizo re famoso Y suben muchísimos jóvenes, muchísima gente sube a la montaña. Me contaba me contaba un amigo vino a visitarme, fueron al Cajón del Azul y estuvieron cuatro horas y media esperando para cruzar un puente colgante que cruza un río Y tuvieron que esperar una cola de cuatro horas y media, porque tienen que pasar de dos de ida y dos de vuelta. Él me comentaba cómo fumaban, porque había gente que fumaba. Uno que lo apague mal y explota un foco.
Yo creo que los refugios, el senderismo y todo eso, no toma la precaución de decir no se puede fumar. ¿Querés hacer senderismo? No se puede fumar, llevar cigarrillos, encendedor. Los únicos habilitados para el fuego son los refugiados en el refugio mismo. Tampoco podés llevar botellas de vidrio, porque se te caen, se te rompen, y ese vidrio después es una lupa.
¿Cómo afectó a la situación el clima?
- Todo coincidió con este verano fuertísimo que hubo. El calor fue impresionante, la sequía en todo el país también. No solo fue acá. Pero bueno, es que es verdad, ahora queda ayudar a la reconstrucción de la gente, de lo que es de los que se dañan. Es lo más difícil. Y ahora estamos solos. Vamos a estar solos como pasa siempre.
¿Qué necesita la gente ahora?
- Chapas, cemento, hierro, ladrillo. Pueden seguir donando para esa tarea. Esto nos crea un compromiso grandísimo y anoche lo hablábamos y dijimos "ahora qué hacemos". Vamos a ayudar a Florencia y a todos los demás. Sabemos su situación y vamos a comprarle cosas y se la vamos a ir llevando. "Yo tengo un colchón", dijo una de las chicas. "Y yo tengo una cama de dos plazas medio chulenca", aportó otra. Pero bueno, la vamos a arreglar y se la vamos a llevar también con el colchón de ella. Pero no sirve de nada llevárselo ahora si no tiene techo. Porque mañana se le arruina. Lo primero que tenemos que hacer es reconstruir las paredes y el techo y después empezar a meterle cosas adentro.
Transcendió por ahí que el Gobierno le iba a dar algo así como 20 millones de pesos a cada damnificado. ¿Pero con 20 millones de pesos qué haces? Si una heladera te sale un millón de pesos. Encima la paranoia que tienen todos que no quieren construir de madera, que no van a querer construir de madera de nuevo. Se las llevó todo así en un en un suspiro al fuego. Pero bueno, hay que atender a esta gente psicológicamente también, hay que prestarle el soporte. Hay que evitar que se enfermen ahora. Un montón de cosas suceden.
Lamentablemente vamos a tener que ayudar y ponernos en en una cuestión de ver el día a día los vecinos. Mi idea es esa: organizar grupos. Aquí los hay. "Yo me dedico a ayudar a Juan, vos te dedicás a ayudar a Florencia", y así. Es impresionante ver ese tipo de reacciones de la gente y la tristeza en sus máximas expresiones. Mi viejo tenía una frase que decía: "Esto no lo apaga nadie, esto lo apaga la lluvia nomás, hijo. Hay que defender las casas y a defender a la gente nada más. Los animales tenés que abrir las tranqueras, el animal solo busca su supervivencia y después lo buscarás. Ahora, por más que nos pongamos a rezar, vamos a abrir los ojos y el incendio va a seguir estando. Hay que esperar que llueva nada más".