La creatividad no es sólo para los artistas, la creatividad tiene que ser para todos. El creador trata de traer nuevos puntos de vista, ideas y visiones"
Philippe Starck
En su décima edición, el Sello de Buen Diseño logró un récord de inscripciones: de las 712 empresas que presentaron sus productos, se distinguieron 330 de más de 200 pymes nacionales. Se trata de un reconocimiento que otorga el Ministerio de Desarrollo Productivo que destaca la innovación, la participación en la producción local sustentable, el posicionamiento en el mercado y su calidad de diseño. ¿Cuál es el objetivo del programa? No sólo destacar, sino fomentar y potenciar a todas aquellas empresas argentinas que, mediante la incorporación de estrategias de diseño, implementen mejoras en sus procesos industriales y en sus productos con el fin de promover su competitividad.
Hasta aquí, todo muy técnico. Y no son pocos los que se preguntan, ¿cuál es el valor real del diseño dentro de la cadena productiva? "Para nosotros el diseño es justamente una herramienta estratégica para que las pymes nacionales lleguen a nuevos mercados de destino de todo el mundo y, para eso, el diseño tiene que estar presente desde los primeros eslabones de la cadena productiva. Para nosotros el diseño es desarrollo sostenible, poder pensar en nuevos materiales, pensar en posicionamiento, en certificaciones, en calidad; el diseño es también el impacto: una pyme argentina con baja inversión relativa puede tener un gran impacto en sus procesos y productos. El diseño es así de importante", precisa Pablo Bercovich, subsecretario de Productividad y Desarrollo Regional PyME.
La transformación productiva que estamos motorizando es con valor agregado y con conocimiento incorporado"
En los diez años que lleva el programa ya fueron distinguidos 1.500 productos, cifra que explica el éxito de la última edición por la cantidad de inscripciones. "Es importante destacar la posibilidad de tener un plan nacional de diseño, como pocos países en el mundo tienen: Japón, China, Estados Unidos, Inglaterra, Finlandia. Esta herramienta que para nosotros es absolutamente estratégica, porque la transformación productiva que estamos motorizando es con valor agregado, con conocimiento incorporado: eso es la transformación productiva", suma.
IKO, el primer robot programable desarrollado y fabricado en la Argentina por una pyme que casi cierra sus puertas en los 90s
Rasti es una pyme familiar de Lomas del Mirador, en La Matanza. Hace más de 60 años producen juguetes de plástico y hace un tiempo decidieron apostar a la robótica para generar una serie de juguetes educativos.
El producto con el que recibieron la distinción es un un robot educativo que le enseña a los chicos a programar. Es un robot con motorcitos que le permiten moverse siguiendo una dirección y en el cual los chicos pueden armar una cadena de órdenes que luego se ejecutarán.
En la cabeza del robot se encuentra un lector y en el frente, tiene una pantalla de led que muestra las acciones programadas.
Además, el robot tiene módulos en sus laterales y en la cabeza que permiten que se “personalice” con los bloques de encastre Rasti, pueden hacerle manos, sombreros, o colocarle un marcador que trace el recorrido.
Es el típico caso de las pymes en Argentina, estuvo a punto de fundirse en la dictadura militar cuando se abrió el mercado a los juguetes importados, casi deja de producir en los 90, y en el 2001 también la pasó muy mal.
BiVItro, tecnología con valor agregado y un diseño "emocional retro"
El nuevo BiVitro, es una evolucio?n a la línea de VitroConvectores actuales: primero, porque se diseñó como un producto mo?vil, los usuarios pueden llevarlo de un ambiente a otro para calefaccionarlos. A diferencia del Vitroconvector tradicional, ya no cuenta con un frente y una espalda, sino que de ambos lados posee dos planos de vidrio que brindan al producto un factor de diferenciacio?n u?nico en el sector.
Su forma fue concebida como una ecualizacio?n entre lo vintage y lo actual, una caracteri?stica ti?pica de identidad de los productos Peabody, ya que trabaja en el plano emocional retro y a la vez garantiza la eficiencia de un producto moderno. BiVitro se trabajo? con el concepto "deco?", el producto esta? disponible en 6 colores, con el fin se destaquen y combine con distintos espacios y que los/as usuarios/as quieran lucirlos en sus hogares.
Goldmund es una empresa nacional fundada en 2003, dedicada a la importación y fabricación de electrodomésticos. En 2004 adquirió la marca Peabody y la relanzó al mercado con un nuevo concepto basado en la calidad y el diseño. Ante la crisis sanitaria causada por el COVID-19, Peabody incorporó el departamento de Salud, donde desarrolló un respirador artificial de bajo costo y alto grado de sofisticación, que permite automatizar la tarea de monitoreo y simplificar el trabajo de los profesionales médicos. La firma cuenta actualmente con una nómina de 96 empleados y una planta industrial en Hurlingham desde donde abastece al mercado local y exporta a países como Chile, Uruguay y Bolivia.
En 2020 recibió -en el marco de la emergencia sanitaria por COVID-19- un crédito del Ministerio por casi $30 millones, a través del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP), para el desarrollo y producción de estos respiradores junto a la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y la empresa INVENTU. Además, la empresa también accedió a Aportes no reembolsables por $441.000 a través del Programa de Apoyo a la Competitividad (PAC) con el cual pudieron desarrollar un purificador de aire con tecnología UVC para uso doméstico.
The Fragance Group: la democratización del lujo y la incorporación del arte
En este caso la categoría que se distinguió fue el sistema de comunicación e identidad de la marca, uno de los pilares clave que desarrolló esta pyme de Luján para poder posicionar sus perfumes en las góndolas de todo el país.
Los packaging esta?n disen?ados a mano por artistas que trabajan en el disen?o exclusivo de las piezas. El aporte al mercado es democratizar el lujo, haciendo que todas las clases sociales puedan usar las mejores fragancias del mundo.
Mínimo iluminación: del valle de Catamarca en tu casa a la inspiración oceánica
El paisaje del valle de Catamarca en Argentina surge como desafío estético de siluetas, ondulaciones y valles que descansan al pie de la cordillera de los Andes. Allí crece el simbol, una fibra silvestre que protagoniza este ejercicio de cestería contemporánea.
Después de obtener una visión completa del material, nació la colección “Valle”, parte de un proyecto de investigación llevado a cabo por Cristián Mohaded, un diseñador catamarqueño, que dio vida a una serie de objetos siguiendo la técnica de tejido de Simbol. De esta manera, Mohaded crea la primera colección de lámparas hechas a mano para Mínimo Iluminación.
Según la empresa, lo novedoso de este desarrollo fue desafiar a los artesanos a fabricar piezas en mayor escala, donde la trama del material adopta un carácter y expresión muy interesante. A su vez el diseñador mezcla lo artesanal con un lenguaje contemporáneo con piezas de aluminio de formas y colores muy puros.
"Una raya de mar": el concepto detrás de la lámpara
La naturaleza está presente en esta lámpara que se inspira en la silueta de una raya de mar. Se compone simplemente de dos aletas dispuestas de manera simétrica dejando en su separación alojar la fuente de luz que recorre todo el largo de la luminaria.
Esta luminaria nace de la necesidad de iluminar de manera lineal y continua una superficie, como son las mesas rectangulares, mesas de salas de reunión, barras, etc. Bajo esta condicionante y la premisa de lograr una luminaria lo más sintética posible nace el colgante raya.
Este producto tiene mucho éxito comercial para la empresa Mínimo, ya que se adapta a cualquier situación de uso por su diseño y sus múltiples acabados en pintura y enchapados en madera natural.
Más sobre el Sello de Buen Diseño
El Sello de Buen Diseño es un reconocimiento que otorga el Ministerio de Desarrollo Productivo a los productos de la industria nacional que se destacan por su innovación, por su participación en la producción local sustentable, por su posicionamiento en el mercado y por su calidad de diseño. Busca fomentar y potenciar a todas aquellas empresas argentinas, que mediante la incorporación de estrategias de diseño implementen mejoras en sus procesos industriales y en sus productos a fin de promover su competitividad.Esta décima edición tuvo récord de inscriptos con 712 productos, de los cuales se distinguieron 330 productos de más de 200 pymes. La distinción fue otorgada por un comité de 80 profesionales de sectores académicos y productivos de todo el país -conformado con paridad de género- tras la evaluación de productos o campañas de comunicación estratégica que se destacaron por su diseño, innovación o posicionamiento en el mercado dentro de cinco categorías: productos para la industria y el transporte; mobiliario y equipamiento; productos para el hogar, oficina y recreación; indumentaria, calzado y accesorios; y comunicación estratégica. Este comité evaluó teniendo en cuenta diferentes variables como funcionalidad, sostenibilidad, innovación, calidad, materialidad e identidad.
Los productos nacionales que obtienen el Sello de Buen Diseño argentino acceden a una serie de beneficios exclusivos donde se les brinda herramientas de promoción y acompañamiento en acciones comerciales y de exportación y representan una curación de lo mejor de la producción nacional de cada año. Desde el Estado se articula con otras áreas para visibilizar la selección y acercarles oportunidades a las empresas.
Sello de Buen Diseño argentino se creó en el año 2011 en el entonces Ministerio de Industria de la Nación. Durante estos 10 años se mantuvieron tres características fundamentales: que abarcara a todos los sectores de la producción nacional, que fuera 100% gratuita para no condicionar la presentación de proyectos y que tuviera una convocatoria anual.