Soy Noelia Gisela Pollola, argentina, contadora pública, de 34 años. Tengo mi propio estudio contable en Argentina y estoy inaugurando otro en Estados Unidos.
Todo comenzó hace un año cuando con mi esposo Julio, decidimos emigrar a Estados Unidos, precisamente a Orlando. Ambos queríamos un cambio en nuestra forma de llevar la profesión y un cambio un poco más radical en el estilo de vida; ansiábamos tener más de estabilidad económica, poder proyectar y no tener tanta incertidumbre en nuestra economía familiar. Además, otra cosa que buscábamos era tener un poco más de seguridad.
Julio es médico clínico y oncólogo, ama su profesión y a sus pacientes, pero se encontró con un sistema de salud que de a poco lo fue ahogando, con muchos obstáculos para poder realizar tratamientos y seguimientos oncológicos (fármacos y estudios). Hoy busca revalidar su profesión y seguir formándose acá.
En el inicio tuvimos muchas dudas, hicimos infinidades de reuniones con gente que vivía en Estados Unidos, con abogados, y nos capacitamos para saber qué significaba emigrar. Así fue que nos hicimos amigos de una pareja argentina que vive en Tampa, que tienen una franquicia de estudio contable y nos abrieron la puerta que estábamos buscando.
Ahí fue cuando dije: “¡Claro, es por ahí! Tengo que seguir en la rama de mi profesión, que es lo que amo”. Hoy estoy abriendo mi primera sucursal en Orlando (TaxLeaf) con una felicidad y emoción única. De esta manera puedo potenciar la actividad de mis clientes generando un puente económico y financiero entre Argentina y Estados Unidos.
Esto pude lograrlo porque luego de recibirme me especialicé en varias ramas impositivas y financieras, pero la principal que hoy ejerzo es ayudar a los clientes que exportan a poder mantener sus ingresos en moneda extranjera, y no solo eso, sino que los asesoro para que además esos ingresos puedan crecer. Por eso creo elemental la asociación con este nuevo país.
Llegar no fue fácil, en Argentina nos desprendimos de todo lo nuestro, cuando digo todo, es todo (casa, ropa, auto, etc.), porque sabíamos que debíamos hacerlo para apostar al 100%. Ese proceso por momentos fue doloroso, pero se hizo más fácil porque nos acompañaron familiares y amigos. Hoy ya instalados queremos agradecer profundamente esa compañía porque fue elemental para hoy jugárnosla por nuestro futuro.