17 Abril de 2022 08:00
Para conservar el correcto funcionamiento de un vehículo, sobre todo si ya tiene algunos años, es necesario realizar mantenimientos preventivos de forma periódica. Si bien cada automóvil tiene sus instrucciones de cómo hacerlo, es cierto que algunas cuestiones son iguales de necesarias para todos.
Una de esas cosas sumamente importantes es hacerle el cambio de filtro y aceite, los cuales se deben hacer cada 10.000 y 20.000 kilómetros de recorrido, respectivamente.
Filtro de aceite: con el desgaste del motor aparecen partículas metálicas que van hacia el lubricante, pero el filtro de aceite retiene esas partículas que pueden dañar el motor. Es por esto la importancia de su cambio cada vez que se cambia el lubricante. Filtros de aire: es necesario su revisión porque es el encargado de garantizar que el aire llegue al motor sin partículas abrasivas. También, hay que tener en cuenta que depende de los ambientes donde se circula, es decir, que frente a caminos de tierra es imprescindible prestarle más atención a su mantenimiento. Filtros de habitáculo: este filtro tiene por objetivo cuidar la salud de los ocupantes del vehículo, ya que contiene las partículas de polvo que se suspenden en el aire, evitando que ingresen al auto manteniéndolo limpio por más tiempo.
Otra cosa que hay que tener en cuenta para garantizar la seguridad, es que con el paso del tiempo y por el uso, las pastillas y los discos de freno se van gastando, así como el resto de los componentes. Por eso mismo, hay que revisar:
Frenos: en el caso de las pastillas se debe controlar su grosor, que deben tener medio centímetro de espesor por lo menos. Una forma simple para detectar daños es a través de los sonidos, ya que cuando las pastillas hacen ruido, es porque hay una fricción entre ellas y el disco. Otra forma para detectar su correcto funcionamiento es pisando el freno. Si se sienten vibraciones significa que no están ejerciendo la presión adecuada y que los discos están dañados.
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Neumáticos: es importante verificar que cuenten con la presión de aire suficiente y revisar cuán desgastados se encuentran los neumáticos y las bandas de rodadura. Amortiguadores: deben proporcionar un buen nivel de suspensión al auto. Se recomienda su reemplazo cada 20.000 kilómetros para evitar fallas de resortes de suspensión, que pueden provocar accidentes. Luces: se deben revisar las luces preventivas y de emergencia, los faros de día, las luces largas y las luces cortas. Además, hay que realizar una limpieza profunda a los focos del vehículo de forma periódica.Correa del motor: periódicamente hay que controlar que estén en buen estado las partes del motor del vehículo. La correa es la que conecta la polea del motor, uniendo los componentes para que el motor pueda moverlos. Cuando sufren alteraciones puede ocasionar una parada en el funcionamiento del alternador del auto. Este accesorio sólo debe cambiarse cuando está dañado, y la única manera de comprobarlo es con un examen visual, por lo que se debe incluir en la revisión. Batería: las mismas suelen tener una vida útil de 3 a 5 años dependiendo de la calidad y el uso. En los chequeos preventivos se debe ver que sus conexiones estén limpias, firmes y libres de corrosión. Por otro lado, los cables también deben encontrarse en perfecto estado.