06 Abril de 2017 08:07
En medio del paro general de la CGT, los que debieron trabajar no fueron pocos, algunos por obligación y otros porque pierden el día. Desde los sindicatos destacaron que es fuerte la adhesión a la medida de fuerza. En una recorrida por la vía pública, BigBang relevó que la actividad en los comercios era prácticamente normal, aunque el tránsito se encontraba mucho más fluido que lo habitual.
Chateando espero.
“Hay que laburar igual, hay que seguir”. La frase la pronunció un obrero de la construcción, Martín, que pese a la medida de fuerza anunciada por la CGT debió trabajar. Desde el balcón de la redacción de BigBang, y mientras sostenía la soga de la que colgaba una serie de marcos de puertas que debía colocar, aseguró que debió organizarse con sus compañeros para llegar al trabajo en auto.
“Venimos desde González Catán, estamos trabajando normalmente, trabajamos en el rubro de la construcción”, relató Martín. Según los gremios, la medida de fuerza tuvo un alto porcentaje de acatamiento. Además del paro general, hubo cortes en los principales accesos a la Capital Federal que complicaron la llegada de aquellos que no se sumaron a la protesta.
En el rubro del comercio no eran pocos los locales que decidieron abrir, a pesar de que el sindicato de los gastronómicos había adherido a la huelga de la CGT. “A pesar de que haya paro de los buses tenemos que venir a trabajar, tuvimos que abrir el local, tuve que venir”, relató el empleado de una casa de hamburguesas de Palermo.
Un comerciante de Palermo, otro de los que no paró.
Yo no paro (o no puedo parar)
Además, aportó un dato llamativo. A pesar de que hubiera intención de adherir, no se los hubieran permitido. Incluso, comentó que aquellos que por la falta de transporte no pudieron asistir a sus puestos de trabajo, deberán recuperar las horas perdidas el fin de semana.
En el primer paro general desde que asumió Macri, el Gobierno ordenó a Gendarmería el desalojo de manera violenta, con gases lacrimógenos y golpes una de las protestas, en la zona de Panamericana y ruta 197. Además, hubo una fuerte presencia policial en los accesos a la Capital.
A Matías, que atiende un kiosco sobre la calle Honduras, también le resultó complejo el día de paro. Vive en San Miguel y trabaja de 22 a 10, pero por la adhesión de los ferroviarios no pudo regresar a su casa. “Me tengo que quedar a dormir acá, sin el tren es imposible, voy a estar dos días en el kiosco”, se lamentó.
Uno de los rubros que se benefició con el paro fue el de los taxistas. A pesar de la amenaza de Omar Viviani, que habló de “dar vuelta” los coches a quienes salgan a trabajar y luego se retractó, hubo muchos que salieron a la calle. “Hay mucho trabajo porque es el único medio de transporte”, señaló Hernán, consultado por BigBang.
Este joven fue a trabajar en patinera.
“Yo apoyo al gobierno, voté a Macri, no estoy de acuerdo con lo que está haciendo, pero no creo que la forma de protestar sea parando el país”, opinó. Dijo que no siente temor por los dichos de Viviani días atrás durante una asamblea, aunque cree que fue “desafortunado”.
Un taxista que desoyó el "consejo" de Viviani.
“Hay muchos taxis que van a dejar de trabajar a la tarde por la falta de combustible, yo trabajo con nafta y me alcanza para dos días. La recaudación crece, porque la gente que tiene que salir de sus casa no tiene otro medio de transporte”, aseguró.
