12 Marzo de 2019 09:37
Los accidentes aéreos con el nuevo modelo del Boeing 737-MAX que ya provocaron 346 muertes en apenas seis meses encienden un debate respecto a los gravísimos errores y fallas de enormes empresas que provocan cientos de muertes y lesiones. Celulares explosivos, camionetas que aceleran solas y aviones que se estrellan.
La última de las tragedias ocurrió en Etiopía el domingo, cuando un Boeing 737-MAX 8 - el modelo más reciente - se estrelló a ocho minutos del despegue y provocó la muerte de los 157 pasajeros a bordo del avión de Ethiopian Airlines. En octubre ocurrió algo similar con el mismo modelo de avión, en la línea Lion Air, esa ocasión en Indonesia, con 189 pasajeros muertos.
Así quedó parte del avión de la tragedia en Etiopía.
Los dos episodios pusieron en alarma a todas las aerolíneas que operan con el más reciente modelo fabricado por la gigante Boeing. De hecho, ya hay 26 aerolíneas de todo el mundo que no los utilizarán hasta que se esclarezca cuáles son las fallas, entre ellas Aerolíneas Argentinas, que tiene cinco 737-MAX 8 que permanecerán en tierra.
Aún es materia de investigación cuál fue la falla que provocó el colapso de la aeronave a menos de diez minutos de su despegue. Sin embargo, todas las miradas del mundo le apuntan a Boeing: el lunes la empresa estadounidense perdió millones en la bolsa de Wall Street y se confirma que ese modelo de avión no volará más hasta tanto no se determinen cuáles son las razones que provocan fallas que en el aire se vuelven mortales.
CAMIONETAS QUE ACELERAN SOLAS
Pero los errores de enormes empresas de todo el mundo que terminan en tragedias no se reducen al Boeing 737-MAX.
Años atrás, Toyota protagonizó un gran conflicto con ocho modelos de camionetas que hacía que los vehículos aceleraran más de lo habitual, lo que provocó un amplio número de muertes y heridos en los Estados Unidos.
El problema era insólito, pero provocó decenas de muertes y heridos en las rutas estadounidenses, así como una innumerable cantidad de demandas millonarias que debió afrontar Toyota. Uno de los problemas era que el acelerador se trababa al fondo y los vehículos aceleraban a fondo cuando los conductores pretendían frenar o reducir la velocidad. Varias investigaciones determinaron que se debía a que el pedal se trababa y que la alfombra lo atascaba al suelo.
Hubo decenas de demandas, una de ellas en California, donde en 2009 murieron cuatro personas después de que el vehículo Lexus en el que viajaban superara los 120 kilómetros, chocara, volcara y luego se prendiera fuego.
TELÉFONOS EN LLAMAS
Menos trágico, aunque a la vez más masivo, es el curioso caso de los teléfonos Samsung que explotaban en manos, bolsillos, mochilas y carteras de los usuarios. Ocurrió en decenas de ocasiones con el modelo Galaxy Note 7, que fue años atrás la gran apuesta de la firma para salir a competir contra iPhone.
El modelo salió a la venta en 2016 y le provocó a la gigante surcoreana Samsung un problema terrible: además de las pérdidas millonarias y los juicios, debió retirar del mercado unos 2,5 millones de celulares por temor a que se repitieran las fallas que provocaban graves heridas como quemaduras en el rostro y las manos.
El caso más grave le ocurrió a Hazrin Hassan, un empresario de tecnología asiático que murió cuando se prendieron fuego los dos equipos que tenía junto a la cama.
Los teléfonos que explotaban tenían el objetivo de competir contra iPhone.
Al principio se conocían casos en los que la batería de los equipos explotaba cuando estaba en el proceso de carga, o ni bien se le retiraba el cargador. Luego se empezaron a conocer episodios donde los teléfonos comenzaban a largar humo o prenderse fuego en cualquier otro momento, incluso sin estar siendo utilizados. El caso más grave fue cuando uno de los aparatos comenzó a largar humo durante un vuelo. Luego de una ardua investigación, comprobaron que las fallas eran por las baterías de litio que tenían instaladas.
