Deporte en cuarentena: seis trucos para adaptar la bicicleta y usarla fija dentro de casa

A casi dos meses de la cuarentena, y sin la perspectiva de que en los centros urbanos vaya a cambiar demasiado la situación a partir del lunes 10 de mayo, quienes practican deporte se debieron adaptar a las restricciones del aislamiento social, preventivo y obligatorio: los videos de YouTube con clases para hacer dentro del hogar ya son un verdadero furor. Sin embargo, hay una alternativa que pueden explorar quienes tengan su propia bicicleta: adaptarla para que comience a ser una bici fija.

Claro que va a requerir o bien una compra para adaptarla “profesionalmente” o bien mucha imaginación y buscar dentro de casa los elementos y las herramientas para hacerlo. En Internet se pueden conseguir desde rodillos plegables donde se calza la rueda trasera y transforma en un instante la bicicleta en una bici fija; hasta dispositivos un poco más costosos que elevan la rueda. Sin embargo, también hay otras alternativas más “caseras”, ideales para estos tiempos de cuarentena.

Acá van algunas opciones

Es sin lugar a dudas la opción más profesional de todas para adaptar tu bicicleta. Se trata de un rodillo que busca “emular” la sensación de pedalear en la calle. La rueda trasera queda un poco elevada del suelo, por lo que cumple a la perfección su función: hacer ejercicio sin moverse del lugar. Sin embargo, tiene un gran inconveniente: el costo. En Mercado Libre, por ejemplo, los más baratos se consiguen a $6.000, aunque hay que tener en cuenta algunos factores como el peso.

Rodillos con resistencia magnética

Son aún más profesionales que los anteriores. Es todo un dispositivo en el que la bicicleta se debe calzar. Es ideal para quienes son ciclistas y realizan deporte a diario, porque tiene el objetivo de maximizar la eficiencia del entrenamiento, cuentan con cables para nivelar el tipo de ejercicio, la velocidad y la fuerza que se desee hacer. Obviamente son mucho más costosos y en Internet se consiguen a partir de los $25.000. Nada accesibles si se tiene en cuenta que la idea es salir del paso en tiempos de cuarentena.

Rodillo y soporte delantero

Otro nivel. Casi como si fuera un gimnasio. No tiene sentido ni siquiera revelar el precio, porque son mucho más costosos. Consiste en la misma técnica del rodillo, pero además tiene una estructura que se encastra con el manubrio. Es más complejo, además, porque hay que ponerse a desarmar partes de la bicicleta.

Leé más | El pronóstico de una de las infectólogas que asesora al Gobierno: "Las actividades masivas y las clases tardarán mucho en volver"

Mediante un sistema muy sencillo, se ajusta la bicicleta para que quede enganchada sin moverse a unos tubos, y con la rueda elevada un poco, para garantizar la posibilidad de hacer ejercicio en el lugar. Es de lo mejor, en relación precio calidad y no es imposible de pagar.

SOPORTES CASEROS

Más jugado: una soga y un gancho.

Una alternativa que algunos han probado es elevar la rueda trasera unos centímetros del suelo colgando una soga a un gancho y atándola de la parte trasera de la estructura. En definitiva se consigue lo mismo: elevar unos centímetros del suelo la rueda trasera para poder hacer ejercicio sin moverse del lugar. Hay que estar muy seguro de que la soga sea resistente, del mismo modo que el gancho del que se ate.

Leé más | Del boom a la parálisis: las cervecerías artesanales enfrentan un panorama sombrío

No es un elemento muy común en los hogares, aunque si por alguna de esas casualidades tenés un palet de madera sin usar apilado entre las cosas del patio o el balcón, quizás puedas adaptarlo, enganchando la rueda trasera a uno de los agujeros entre madera y madera, lo que permitirá elevar la rueda unos centímetros del piso. No es de lo más seguro, pero...