El paro dispuesto por los controladores aéreos enrolados en ATE perjudicó el movimiento en el Aeroparque Jorge Newbery, pero el problema, al menos en la ciudad de Buenos Aires, estaría más cerca de solucionarse:a las 9.30 de la mañana, la PSA (Policía de Seguridad Aeronáutica) desalojó la torre de control. Algunos vuelos se normalizaron, aunque el paro continuaba en varios aeropuertos del país.
La medida produjo cancelaciones en los vuelos.
En principio, algunos medios dijeron que el desalojo se había producido por una orden del Juez Federal Julián Ercolini. Sin embargo, minutos después, en diálogo con el canal de noticias TN, el propio juez desmintió haber dado tal orden, aunque aclaró que la medida era "correcta", porque en la torre de control había "cinco personas encerradas". El juez explicó que la liberación de la torre no fue violenta, ya que los huelguistas dejaron pasar a sus compañeros que querían trabajar.
Los gremialistas debieron abandonar la torre de control y, de esta manera, comenzó a regularizarse la situación.
El paro generó malhumor en la gente
Esta situación hizo enfurecer a los pasajeros, quienes estuvieron todo el día esperando una respuesta por parte de las aerolíneas. La incertidumbre evita planificar las actividades: mientras no se sabe qué pasará, deben permanecer en el Aeroparque ante la posibilidad de que el problema se destrabe y deban embarcar de un momento a otro.
Los cruces
Antes de la llegada de la orden judicial, los gremialistas defendieron su medida de fuerza
Ante los rumores de que "el sábado a la tarde se levantaba el paro", Martín Taborda, delegado de ATE-ANAC, aseguró:"El cese de actividad está garantizado durante todo el día”. Además aclaró: "Este no es un paro contra el Gobierno en particular, sino contra un problema que lleva bastante tiempo y que no permite tener la seguridad laboral que necesitamos para desempeñar nuestra tarea de manera eficiente".
En este contexto, Taborda agregó: "En diez días hay que tomar una decisión de vida porque tenemos que aceptar pasar a pertenecer a una empresa (EANA) sin saber cuáles son las condiciones laborales y los regímenes de tarea a desarrollar. Y esto porque desde el organismo resolvieron reunirse a puertas cerradas solamente con un sector de los trabajadores y no con todo el espectro de empleados para tomar decisiones que afectan a todos”.
Los pasajeros esperaron respuestas de las aerolíneas.
"No sólo es la cuestión salarial, sino las condiciones laborales. No contamos con todos los elementos necesarios para desplegar nuestra labor, tenemos equipamiento obsoleto y para los controladores de vuelo es imprescindible contar con un marco adecuado porque está en juego la vida de los miles y miles de pasajeros que vuelan diariamente".
El delegado sindical de ATE en la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), Marcelo Belelli, también defendió la medida: "El paro sigue vigente, no hay conciliación obligatoria, no hay ningún tipo de instrumento legal que se haya interpuesto ni tampoco una comunicación oficial de parte del Ministerio de Transporte".
"Estaban cerca de cometer un delito
Juan Irigoin, presidente de la Administración Nacional de Aviación Civil, habló antes de la llegada de la orden judicial y advirtió que los controladores aéreos que estaban dentro de la torre de control de Aeroparque "estaban cerca de cometer un delito".
"Hay controladores dispuestos a trabajar. Quieren ingresar a tomar el mando pero los trabajadores adheridos al paro no se lo están permitiendo", contó en diálogo con TN.
La indignación de los pasajeros
Los pasajeros pasaron una dura jornada. Algunos estuvieron un día entero pidiendo respuestas de las aerolineas. Según relataron, desde las empresas les pedían "que esperen".
Otros pasajeros se mostraron indignados no sólo por la cancelación de su vuelo, sino también por la informalidad de las aerolíneas para comunicar las novedades: "Me avisaron la cancelación del vuelo por parlante. Nadie dio la cara. Es una falta de respeto", era una de las quejas más repetidas.