Después de una semana de mucha preocupación, este lunes Tobías Mazzoletti, el joven que se fue de su casa en Pilar el pasado martes 29 de octubre, fue encontrado sano y salvo en la entrada de Mar Azul, en Villa Gesell.

Según informaron desde la Policía Bonaerense, el chico de 20 años fue divisado por unos oficiales mientras hacía dedo en el acceso a Mar Azul, al borde de la Ruta Nº 11. Con el conocimiento previo de que se buscaba a un joven por la zona, los efectivos detuvieron a Mazzoletti a un costado de la ruta y enviaron las imágenes a un Centro de Monitoreo, donde la familia confirmó la identidad.

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Al enterarse de que estaba bien, tanto su madre, Mónica, como su hermano, Maxiliano, fueron a su encuentro, ya que hacía algunos días habían viajado a Villa Gesell tras haber sido alertados de que las cámaras de seguridad de la terminal de ómnibus de la ciudad balnearia lo habían registrado el miércoles 30 de octubre por la tarde.

Lo que se cree, es que el mismo martes que desapareció, Mazzoletti se tomó un colectivo desde Retiro hacia la ciudad costera de Santa Teresita y que después, de algún modo, viajó hacia Villa Gesell.

Aunque su familia reiteró en varias oportunidades que el joven no tenía ningún problema con nadie, lo cierto es que ahora deberán analizar qué fue lo que lo motivó a escaparse de su hogar sin decirle nada a nadie.

La familia hizo la denuncia el miércoles por la noche en una UFI de Pilar y, luego de algunos días, finalmente se pudo corroborar que Tobías se había marchado a la Costa Atlántica, después de los investigadores siguieran varias cámaras de seguridad en busca de su presencia.

Tras el reencuentro con su familia, el joven fue trasladado por los policías al hospital de Villa Gesell para hacerle los chequeos y análisis correspondientes, aunque a primera vista, parece que se encuentra en perfecto estado, aunque un poco shockeado por la situación.

El día de su desaparición

Según contaron los allegados de Mazzoletti, el martes pasado a la tarde, antes de salir, despidió a su mamá y le dijo que se llevaba un buzo por si a la noche, cuando volvía del instituto, refrescaba. De ese modo, salió de la vivienda, pero como no regresó al horario habitual, su familia se empezó a preocupar.

Como no regresó durante la madrugada, y ninguno de sus amigos supo decir dónde estaba, finalmente hicieron la denuncia ante la comisaría de Fátima, donde se inició una investigación para dar con su paradero.