05 Septiembre de 2017 06:32
La investigación por el caso Santiago Maldonado podría dar un giro a partir de la confirmación de que el ADN de la persona que habría sido herida por el puestero Evaristo Jones tras el ataque vinculado al grupo Mapuche RAM en Chubut no es del joven artesano desaparecido desde el 1 de agosto.
Maldonado fue visto por última vez el 1 de agosto.
Esta confirmación derriba una hipótesis y deja, al menos hasta hoy, dos grandes escenarios posibles sobre la mesa. El primero, que Maldonado fue detenido por Gendarmería, y el segundo, que el joven pasó a la clandestinidad por razones que hasta la propia familia desconoce.
Participación de Gendarmería
La familia del joven no tiene dudas: Santiago Maldonado estuvo en la ruta 40 durante una manifestación mapuche que fue desalojada por Gendarmería. Esta posibilidad se sustenta, además, por cuatro testimonios que se encuentran dentro de la causa, a pesar de que el juez federal Guido Otranto, tiene algunos reparos sobre el correlato de los hechos en dos de ellos, que se realizaron bajo identidad reservada.
La familia apunta a Gendarmería.
En rigor, uno de ellos indicó que logró ver cómo Maldonado era golpeado por Gendarmería y retirado del lugar en una camioneta de esta fuerza. Los integrantes del operativo, sin embargo, desmintieron ante la Justicia esta versión y aseguran que no detuvieron a ninguna persona ese día.
¿Decidió irse?
La segunda hipótesis es una pregunta que los investigadores le plantearon a la familia del joven y que esta fue rechazada de plano. ¿Existe posibilidad de que el joven artesano haya decidido ocultarse o simplemente abandonar Chubut por alguna razón?
Los investigadores no descartan que Maldonado haya podido irse por decisión propia.
Este escenario se sustenta en la conducta de los perros que participaron de los rastrillajes, los días 5 y 16 de agosto pasado. Los animales indicaron que había rastros frescos de quienes utilizaron en algún momento las ropas que se le adjudican a Maldonado. En el primer rastrillaje, los canes se dirigieron directamente hacia la orilla del río, e indicaron que el rastro continuaba del otro lado del efluente, pero no las tareas no se pudieron llevar a cabo porque los mapuches argumentaron que se trataba de territorio ancestral.