28 Julio de 2020 14:09
La carrera por la vacuna contra el coronavirus atraviesa un momento crucial, ya que son muchos los laboratorios que trabajan a contrarreloj para avanzar en las pruebas y poder lograr así una dosis final que sea comercializada lo antes posible.
De hecho, actualmente una decena de vacunas diferentes se encuentran ya en diversas etapas de análisis en Gran Bretaña, China, Estados Unidos y otros países, aunque hay dos grandes incógnitas que todavía no tienen respuesta: cuál será su precio final y cuándo estará lista para ser vendida.
Sobre esto, Pascal Soriot, director general de la empresa farmacéutica AstraZeneca que trabaja en alianza con la Universidad de Oxford, dijo que su objetivo es suministrar la vacuna a todo el mundo, y que desean hacerlo también sin beneficio. "Entregaremos la vacuna a precio de costo en todo el mundo”, declaró el gerente en diálogo con RTL.
Según se estima, el precio será de 2,5 euros por unidad, es decir, unos 215 pesos argentinos, ya que el valor oficial de la moneda europea a la fecha es de 86 pesos.
“Pensamos que estaremos en posibilidades de suministrar la vacuna a fines de año a más tardar. Trabajamos de acuerdo con los reguladores, intercambiamos datos diarios para que la evaluación se haga rápido. Fabricamos al mismo tiempo que hacemos ensayos clínicos, con lo que ganamos tiempo”, agregó Soriot.
La revista científica The Lancet publicó la semana pasada un articulo en el que se analizó un estudio realizado con 1.077 voluntarios, el cual mostró que una dosis generó en el 95 % de los participantes un aumento en los anticuerpos contra el virus.
Debido a estos avances, la compañía ya firmó un contrato por 1.200 millones de dólares con el gobierno de Estados Unidos para la entrega de 300 millones de dosis a precio de costo, mientras que la Unión Europea firmó uno similar en junio.
Lee más | ¡Para estar atentos! Los cinco síntomas más frecuentes de los pacientes con Covid
Por otro lado, distinta es la postura de la farmacéutica estadounidense Moderna, cuyo presidente, Stephen Hoge, ya advirtió que no venderán la vacuna al costo, por lo que habrá que pagar un precio mayor para conseguirla.
La compañía desarrolla una de las vacunas experimentales cuyo estado es uno de los más avanzados, y de hecho, anunció que en los próximos días comenzarán los ensayos de fase 3 con unos 30.000 voluntarios.
Del mismo modo, Seth Berkley, director ejecutivo de la alianza de vacunas GAVI y uno de los líderes del proyecto COVAX, explicó que por ahora no hay un precio objetivo específico, pero que buscará negociar valores escalonados para los países más ricos y para aquellos más pobres. De todos modos, en base a lo que trascendió, se sabe que se habla de un precio de 40 dólares (hoy 2885 pesos argentinos) por unidad para las naciones más poderosas.
Sobre este valor, dijo que ese precio surgió originalmente de un encuentro con representantes de la UE, en la cual los funcionarios de COVAX habían dado "una gama de precios diferentes, y 40 dólares fue el precio máximo en el rango para países de altos ingresos", aclaró.
A pesar de los pronósticos sobre posibles valores, lo cierto es que eso aún no puede ser establecido por completo. "La verdad es que nadie tiene idea de cuál será el precio, porque no tenemos idea de qué vacuna va a funcionar", señaló Berkley, y por último aclaró que el tiempo que tarde el desarrollo también influirá en su precio, ya que las compañías realizan millones de dosis en las pruebas de las vacunas, sin la certeza de que las mismas funcionarán para combatir el coronavirus.
Lee más | Alerta: el 20 por ciento de los muertos por coronavirus eran fumadores o padecían EPOC
Por su parte, John Yong, del laboratorio Pfizer, explicó que fijarán el precio de la vacuna "teniendo en cuenta la actual emergencia sanitaria mundial". De hecho, la compañía ya firmó un contrato millonario con el gobierno de Estados Unidos para producir y suministrarle 100 millones de dosis.De este modo, la droga que está con ensayos clínicos en fase 3, dee ser aprobada será distribuirá de forma gratuita a los ciudadanos de Estados Unidos, mientras que el valor para el resto del mundo es una incógnita.