Cuando se decretó en Argentina el comienzo del aislamiento social preventivo y obligatorio por el coronavirus, muchos argentinos se encontraban en diferentes partes del mundo, y ante la imposibilidad de volver por el cierre de las fronteras, desde entonces permanecen solos o junto a sus familias en los lugares a los que habían viajado.
A pesar de que muchos ya fueron repatriados por el Gobierno, lo cierto es que en Indonesia hay un grupo de más de 130 argentinos (la mayoría instalados en Bali aunque hay otros en Yakarta) que se encuentran varados, sin dinero y sin una fecha de regreso hacia el país estipulada.
Uno de los que vive esta complicada situación es Emilio Otturi, quien el pasado 1° de marzo llegó a Bali por trabajo, y desde entonces, permanece allí sin saber cuándo ni cómo volverá a la Argentina.
Según contó a BigBang, por su profesión, es licenciado en Ciencias Biológicas, desde hace aproximadamente cuatro años viaja regularmente a Bali para trabajar con corales y peces ornamentales de acuarios, aunque sin dudas, esta última visita a la isla fue diferente porque, debido a la llegada del coronavirus a la Argentina, quedó atrapado sin poder volver.
"Yo salí de Argentina y no se había declarado la pandemia, pero después de llegar a Bali, como muchos otros, me enteré que en Argentina cerraban las fronteras. Saqué un pasaje para irme y se canceló, pagué otro pasaje más con otra combinación habilitada y antes de partir me entere que también lo habían cancelando", contó.
Como la diferencia horaria entre Bali y Argentina es bastante amplia, Otturi esperó que allá sea de noche y acá de día, para finalmente poder contarle a este portal la incertidumbre en la que vive él y el resto de sus compatriotas.
Según él, como viajó por trabajo, actualmente se encuentra en una situación privilegiada con respecto a los otros argentinos, quienes con el paso de los días sienten cada vez más la falta de dinero y de trabajo.
"Mi idea era permanecer acá dos meses, en el medio iba a hacer un breve viaje a Vietnam, pero cuando pasó todo, empecé a buscar argentinos en Bali para ayudarlos. Mi postura al principio ante lo que se vivía, era que había que entrar en contacto con el consulado, aunque el gobierno nunca nos dio una respuesta", aseguró.
En este sentido, el argentino de 60 años explicó que desde que empezó la cuarentena, el Gobierno no les envió dinero para ayudarlos, ni tampoco les dio una fecha precisa de regreso, aún cuando la mayoría perdió los vuelos que tenía comprados desde antes de la pandemia.
Sobre esto, aclaró que quienes viajaron a Indonesia lo hicieron por diferentes motivos, como vacaciones o una obligación laboral, pero que ahora todos están en la misma situación, con muy poca plata y una incertidumbre enorme sobre lo que va a pasar.
"El presupuesto de la gente esta muy acotado, ahora viven con cuatro dólares por día por persona entre hospedaje y comida. Hasta ahora, todos vivimos con la plata que teníamos acá, lo único que se recibió de ayuda fue para cinco chicos que quedaron en cero. Como comunidad hacemos agua económicamente, la gente exprime la tarjeta y gasta lo único que le queda", sostuvo.
Además, aseguró que hay muchos viajeros que están en riesgo, de hecho varios sufren de ataques de pánico, e incluso en las últimas hora se enteró de que una señora intentó quitarse la vida.
"Hace poco dos chicas se enteraron de que quedaron embarazadas antes de tomar el vuelo. Por ahora pueden volver según lo que les dijeron los ginecólogos, pero si se extiende no se sabe si van a poder volar. Acá la medicina no es gratis, y a la mayoría los seguros de viaje se nos vencieron", se lamentó.
En relación a esto, Otturi aclaró que como Bali vive del turismo, hoy en día en la isla hay mucho desempleo, por lo que resulta bastante difícil poder conseguir un trabajo para juntar algo de plata.
A pesar de que allá la situación por el coronavirus está mucho más controlada, porque solo ha habido cuatro fallecidos y pocos casos, por lo que los centros de salud no están para nada abarrotados, lo cierto es que los argentinos deben pagar para atenderse ante cualquier eventual problema de salud que tengan.
"Bali está separada en lo que nosotros conocemos como barrios, y por eso se acata mucho lo que dicen las autoridades barriales, que son gente que se han ganado el respeto. Algún barrio ha sido cerrado porque hubo un caso y eso se acata. Por ejemplo, ahora a la playa no se puede ir, pero por la calle todos andan con el barbijo, que ya era parte de su cultura antes", comentó.
Respecto a la posibilidad de regresar a la Argentina, Otturi explicó que ante la falta de información, este miércoles participó de una reunión a través de la aplicación zoom, en la que hablaron viajeros de otras partes del mundo y hasta algunos diputados argentinos, con la intención de buscar alguna solución.
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"No hay ninguna precisión acerca de cuándo vamos a volver. Hay una cuestión de sensibilidad humana que no se ve por ningún lado. Hay gente muy enojada, tanto el cónsul y el embajador hacen lo que pueden, tratan de conseguir un vuelo pero no le dan pista en Argentina", dijo el licenciado en Ciencias Biológicas.En este sentido, se quejó de que no haya un cronograma de regreso en el que los varados en Indonesia estén incluidos, al mismo tiempo que añadió que no existen comunicados oficiales desde la cancillería Argentina hacia el embajador.
Aunque en el país hay una parálisis en lo que respecta a vuelos internos, se puede llegar hasta Yakarta, la capital del país, para partir desde allí a otros destinos. Sin embargo, desde el consulado rechazan esta opción, porque como la pandemia afecta a muchas naciones, hay serios riesgos de quedar varados en otros aeropuertos al intentar volver.Lee más. Cómo gestionar el permiso para los traslados dentro del país, provincia por provincia
Sobre esto, comentó que en los últimos días 16 buzos argentinos lograron abandonar la isla, aunque cree que consiguieron el vuelo por sus propios medios. "El cónsul dice que lo gestionaron ellos. Hay enojo con los buzos porque se fueron y no avisaron, y es todo así, porque no hay un cronograma ni una comunicación formal. No dan ni un dato", manifestó."Pasó un mes y te empieza a agarrar angustia. Acá se necesita previsión para que la gente de riesgo pueda ir saliendo. El impuesto del 30% (que se cobra ante consumos realizados en el extranjero o en otra moneda que no sea pesos) cuando no tenes un peso te empieza a pegar, y los precios de pasajes son exorbitantes. Hay gente que no va a poder pagarlo, eso no es una repatriación", cerró.
Los repatriados
Desde que comenzó la cuarentena, según un informe dado a conocer por la Cancillería, el Gobierno ya repatrió a casi el 90% de los argentinos que estaban varados en otros países, aunque hay un 10% que hasta ahora no ha teniendo respuestas.En este sentido, aclararon que hasta el pasado 20 de abril, había 4.479 ciudadanos de nuestro país en América Central, 4.665 en América del Norte, 2.313 en Asia, África y Oceanía, 6.679 en Europa y 3.365 en América del Sur.
El pasado 1° de mayo, varios argentinos regresaron de Guayaquil, Ecuador, y antes vinieron vuelos que provenían de Cancún, La Habana y Miami. Aún así, todavía hay viajeros varados en otras partes del mundo, como es el caso de quienes están hoy en Tailandia, ya que el país suspendió todos los vuelos de las compañías que viajaban a nuestro país y la única forma de volver es con la ayuda de la cancillería argentina, a cargo de Felipe Solá.