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Desgarro y duelo en Israel: así fue la entrega de Hamas de los cuerpos de la familia Bibas y Oded Lifshitz

La familia Silberman-Bibas fue arrancada de su hogar en Nir Oz durante el ataque de Hamas del 7 de octubre, un asalto que dejó más de 1200 muertos.

20 Febrero de 2025 08:14
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) recibieron los cuerpos de cuatro rehenes asesinados por Hamas.

La madrugada del jueves trajo consigo una escena de luto y horror. Las Fuerzas de Defensa de Israel recibieron los cuerpos sin vida de cuatro rehenes asesinados por Hamas en la Franja de Gaza. Entre ellos, los restos de la argentino-israelí Shiri Bibas y sus pequeños hijos, Ariel y Kfir, junto a Oded Lifshitz, periodista y activista de 86 años. La entrega marcó la primera vez que el grupo terrorista devolvía los cuerpos de sus secuestrados desde la masacre del 7 de octubre, un ataque brutal que dejó 1.211 muertos, en su mayoría civiles.

Los cuerpos fueron transferidos a manos de las tropas israelíes en el sur de Gaza, como parte de un acuerdo con el grupo extremista respaldado por Irán. La Cruz Roja facilitó la entrega en Jan Yunis, donde se dispusieron los ataúdes negros con los nombres de las víctimas en un macabro espectáculo televisado por la cadena Al Jazeera. Miles de personas, incluidos combatientes enmascarados, presenciaron el acto mientras una pancarta mostraba al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, caricaturizado como un vampiro junto a un mensaje acusatorio: "El criminal de guerra Netanyahu y su armada nazi les mataron con misiles desde aviones sionistas".

Se trata de los restos de la argentino-israelí Shiri Bibas, sus hijos Ariel y Kfir, y Oded Lifshitz,

En Israel, la noticia sumió al país en un duelo profundo. Las banderas ondeaban a media asta y ciudadanos alineados en las carreteras despidieron los ataúdes envueltos en la bandera nacional. En la Plaza de los Rehenes en Tel Aviv, donde los israelíes vienen siguiendo cada liberación, una pantalla proyectaba imágenes de la familia Bibas en días más felices: Kfir riendo, su hermano Ariel disfrazado de superhéroe, la familia abrazada en tiempos de paz. Muchos vistieron de naranja, un gesto de solidaridad con los niños, cuyo cabello rojizo se convirtió en símbolo de una infancia arrebatada por la barbarie.

Kfir Bibas fue el rehén más joven de la masacre del 7 de octubre. Apenas tenía nueve meses cuando los terroristas lo arrancaron de los brazos de su madre en el kibutz Nir Oz, a menos de dos kilómetros de la frontera con Gaza. Durante meses, Hamas aseguró que tanto él como su madre y su hermano habían muerto en bombardeos israelíes, una afirmación que Israel no pudo confirmar hasta ahora. 

Hasta la fecha, 19 rehenes israelíes fueron liberados en intercambios facilitados por la Cruz Roja

El traslado de los cuerpos a Israel estuvo rodeado de una solemnidad devastadora. El Gran Rabino de las FDI, el general de brigada Eyal Karim, recitó el Salmo 83 en su honor. Las fuerzas israelíes inspeccionaron los féretros con cautela, buscando explosivos ocultos, mientras la Cruz Roja los entregaba con gestos rígidos y solemnes. En el Instituto Nacional de Medicina Forense de Abu Kabir, un equipo de expertos trabaja con tecnología avanzada para identificar los restos y determinar la causa de muerte. El proceso, que podría tardar hasta 48 horas, no solo busca confirmar sus identidades, sino también esclarecer los últimos momentos de las víctimas.

Las Brigadas Al Qassam, el brazo armado de Hamás, informaron que Shiri y sus hijos habían muerto

El padre de los niños, Yarden Bibas, liberado el 1° de febrero tras 16 meses en cautiverio, recibió la noticia con una mezcla de desolación y alivio. Había sido secuestrado junto a su familia y separado de ellos brutalmente. Sus suegros, Margit y Yossi Silberman, fueron ejecutados aquel fatídico día de octubre en su casa. Ahora, tras meses de incertidumbre, al menos tiene la certeza de que su esposa y sus hijos no están perdidos en la oscuridad, sino que descansarán en la tierra de su pueblo. Mientras Israel llora y el mundo observa, la tragedia de la familia Bibas y Oded Lifshitz se suma a la larga lista de horrores que marcaron este conflicto.