30 Mayo de 2023 10:46
Una historia de amor que terminó en ruptura y una mujer despechada son las puntas de investigación por una amenaza de bomba en un avión de Aerolíneas Argentinas. El domingo pasado, Daniela Carbone, una azafata de Aerolíneas Argentinas, fue detenida por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) luego de que un vuelo recibiera una amenaza de bomba anónima. Pero más tarde, se supo que en la aeronave iba a bordo su ex pareja.
La mujer trabajaba hace 25 años en la empresa. Incluso fue instructora en la escuela de azafatas. ¿Con tantos años de trabajo, qué la motivó a terminar su carrera de esta manera? “Nadie entiende lo que pasó. No es normal lo que hizo”, le señalaron fuentes cercanas a la causa a Infobae. Se cree que Carbone estuvo de novia con un azafato que iba en el vuelo que amenazó de bomba y se cree que el hombre la había dejado hace poco.
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Otra de las versiones dice que estaba viéndose con otra empleada o que iba a encontrarse con su nueva pareja en Miami. Lo cierto es que la mujer en la mañana del domingo 21 de mayo tomó el teléfono de su hija, le puso un chip prepago y llamó para hacer la amenaza al vuelo “AR1304 Ezeiza-Miami” que llevaba a 270 pasajeros y 12 tripulantes.
“Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos”, decía la voz distorsionada del otro lado del teléfono. Al recibir ese llamado, las autoridades activaron un protocolo de seguridad para verificar que no hubiera explosivos. Para eso, la aerolínea postergó siete horas su partida, que le costó una cifra que rondó el millón de dólares.
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¿Cómo llegaron a Carbone? Los investigadores rastrearon la llamada y llegaron al teléfono de la hija de la mujer. Si bien la llamada se escuchó con una voz distorsionada, los investigadores manifestaron que la azafata habría utilizado un programa online para distorsionar su voz; aunque eso no evitó que los peritos descubrieran que se trataba de una voz femenina. Al ser detenida, los efectivos aeroportuarios le secuestraron un iPhone 13 Pro y otro 12 Pro en su domicilio. Los investigadores determinaron que habían sido utilizados y además descubrieron que la mujer había realizado búsquedas relacionadas a cómo distorsionar la voz.
El fiscal Sergio Mola junto al personal de la división Antiterrorismo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria tomaron el caso y la causa quedó bajo secreto de sumario para llevar adelante distintas diligencias. Por estas horas, el juzgado interrogó a la tripulación, escuchó al piloto y ordenó el análisis de las comunicaciones. Y hoy se espera la declaración de la mujer. Los cargos en su contra son intimidación pública, entorpecimiento de los servicios públicos y coacción agravada.