26 Julio de 2019 18:52
La histórica Confitería del Molino reabrirá sus puertas este sábado para exhibir los avances en las obras de restauración que se llevan a cabo hace más de un año, entre las que se encuentran la puesta en valor del Salón Principal del primer piso. Quienes lo deseen podrán ingresar para hacer un recorrido guiado entre las 14 y las 18.
El majestuoso salón de fiestas de 832 metros cuadrados con piso de madera, seis imponentes columnas que renovadas con estuco o 'falso mármol', la reparación total del cielo raso y la recuperación e instalación de iluminarias históricas, son algunas de las tareas finalizadas en este edificio próximo a cumplir 103 años.
En este mismo salón se restauró casi por completo la baranda de un pequeño escenario construido a poco más de dos metros de altura donde tocaba la orquesta encargada de la musicalización de las fiestas que, en la época de mayor esplendor de la confitería, organizaban las familias porteñas más tradicionales.
"Sólo teníamos el esqueleto de la baranda, pero faltaban los bordes y el rosetón central, todo de bronce, partes que pudimos reconstruir gracias a las fotos que aportaron los vecinos", explicó Nazarena Aparicio, coordinadora del equipo de restauración, durante un recorrido realizado por Télam, y remarcó que "el rosetón grande se hizo con una foto de un cumpleaños de 15".
"No fue fácil, la foto estaba centrada en la cumpleañera, pero se veía de fondo el rosetón. Gracias a ampliaciones y a un equipo especializado logramos saber cómo era basándonos en las luces y las sombras", agregó.
La tradicional confitería, inaugurada el 9 de julio de 1916, se convirtió en un ícono de la arquitectura. Las columnas del salón "Gran Molino" fueron restauradas con estuco, una técnica que data de principios del renacimiento.
"Se hace con polvo fino de mármol y yeso, en forma de pasta, que se va labrando artesanalmente y se va armando la veta y simulando el mármol, después se pule y se encera. La composición final y la temperatura es igual a la del mármol", explicó Guillermo García, asesor de Patrimonio Material de la Comisión Bicameral Administradora del edificio.
También adelantó que en las próximas semanas comenzarán a trabajar en el revestimiento de madera que recubre las paredes del salón Guaserí y en el pulido de pisos.
Tras la puerta principal del Gran Molino se accede al salón Fumoir, un espacio utilizado por fumadores, rodeado por amplios ventanales cuyas paredes están recubiertas por "falsa madera" pintada a mano simulando vetas de roble.
"El trabajo se hace todo de manera artesanal y con muchísimo cuidado. Se retiran capas y capas de pintura para llegar a la superficie original", dijo Aparicio, y remarcó que la pintura de las molduras de las paredes de este salón se sacó con bisturí y escarbadientes debido a la precisión que se necesitaba lograr.
Hace más de un año que unas 50 personas trabajan en la restauración de la confitería entre restauradores, administrativos y técnicos. En 2014, a través de la ley 27009, se logró la expropiación del inmueble y el 2 de julio del 2018 se tomó posesión del mismo.
"Lo primero que se hizo fue una desratización y luego se establecieron los planos para saber por dónde comenzar", aseguró Aparicio.
Datos curiosos
La comisión a cargo de las tareas detalló algunos datos curiosos:
- El Edificio del Molino estuvo cerrado durante 21 años, entre 1997 y 2018.
- Se compone de 7.600 m2 edificados en 5 plantas.
- Su cúpula se eleva hasta los 52 metros y conserva 1.200 m2 de vitrales.
- Se recuperaron 15.000 objetos arqueológicos-históricos hallados en el inmueble con un alto valor patrimonial, como: asaderas, moldes para tarteletas, aros de molde, envases, menúes, botellas, documentación, diarios, libros y envoltorios, entre otros.
- Se intervinieron 310 m2 con restauración integral del Salón principal de Fiestas y el Salón Fumoir (del primer piso).
- Se pintaron 1.070 m2 de superficies.
- Se recuperaron 150 m2 de estucos con una técnica artesanal de falso acabado o falso mármol.
- Se restauraron 33 paños de vitrales y 13 aberturas metálicas y de madera.
- Se recuperaron 46 luminarias históricas.
- Se repararon 300 metros lineales de conductos de desagüe pluviales y cloacales.
- Se restauraron 254 m2 de fachada, sobre la avenida Rivadavia.
- Se recompusieron más de 4.500 metros de líneas de recableado para iluminación.
- Se retiraron de la obra 160 m3 de residuos y escombros, previamente seleccionados por especialistas.