Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en la Argentina, por encima de los tumores y las patologías respiratorias, ya que provocan uno de cada tres fallecimientos en nuestro país.
Por eso mismo, este 29 de septiembre, que fue el Día Mundial del Corazón, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud y Unesco, se aprovechó para generar conciencia y reducir la mortalidad prematura por estas enfermedades.
Lo primero que hay que saber es que el cuerpo da avisos antes de que ocurran casos graves. Por ejemplo, un dolor repentino en el pecho; quedarse sin aire mientras se realiza una actividad habitual; perder de manera súbita el conocimiento o sentir palpitaciones asociadas a un latido acelerado, son signos de alerta a los que hay que estar especialmente atento porque pueden ser signos de que existe un problema cardiovascular.
“Estos síntomas deben alertarnos para realizar una consulta cardiológica, ya que pueden ser manifestación de algún defecto en la función del músculo cardíaco o una alteración en su irrigación. También pueden ser manifestaciones de trastornos eléctricos o alteraciones en otras estructuras cardíacas”, explicó el doctor Hugo Sanabria, jefe de la Clínica Diabetes del ICBA Instituto Cardiovascular.
Los problemas coronarios agudos se producen por la rotura de una placa de colesterol dentro de una arteria coronaria, lo que puede provocar anginas inestables e infartos de miocardio. En ambas, se reduce el flujo sanguíneo que llega al corazón. El tiempo que se tarde en iniciar el tratamiento tiene una incidencia directa en el pronóstico, ya que cuanto antes se restituya el flujo sanguíneo, antes se limita el daño cardíaco. Por esto mismo, tener una consulta habitual con el médico o asistir a él ante algún síntoma, puede hacer la diferencia.
"La consulta al especialista en cardiología puede ser oportuna aún en ausencia de síntomas, para una correcta valoración de nuestra salud vascular y un manejo apropiado de factores de riesgo como la hipertensión arterial, los trastornos de los lípidos en sangre y la obesidad. De esta forma, se puede prevenir el desarrollo de complicaciones cardíacas”, sumó el profesional.
Los síntomas de alerta y las principales patologías
El dolor en el pecho, la disnea o dificultad respiratoria y la fatiga pueden estar indicando una angina de pecho atípica o alguna cardiopatía. El mareo, si bien es un síntoma muy inespecífico, puede ser en ocasiones la situación previa al síncope, y puede estar acompañado por pérdida de conocimiento.“Las palpitaciones o sensación de que el corazón no late con normalidad podrían referir a una arritmia y lo habitual es que tengan un significado benigno, pero también podrían estar advirtiendo sobre alguna cardiopatía importante, por eso no hay que dejar de consultar siempre que se produzcan y no conozcamos su naturaleza. Los síntomas del infarto de miocardio son variables. No son los mismos en todas las personas, cada una puede presentar una combinación distinta”, aclaró Juan Pablo Costabel, jefe de la Unidad Coronaria e Internación del ICBA.
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Por otro lado, la fibrilación auricular es un tipo de arritmia que se caracteriza por generar un pulso irregular y frecuentemente más rápido del corazón. La persona además puede sentirse con cansancio fácil, falta de aire y mareos. En algunas ocasiones, aunque no es lo más frecuente, puede llegar a perder el conocimiento.“Es una arritmia asociada claramente a la edad, la presencia de presión alta, obesidad, sedentarismo, tabaquismo, diabetes y la práctica de deportes de alto rendimiento”, comentó el cardiólogo Fernando Scazzuso, jefe de Electrofisiología y Arritmias ICBA.
De igual modo, la estenosis aórtica es una obstrucción en la salida del corazón, que imposibilita la irrigación normal del organismo. “La válvula aórtica se puede afectar por dos motivos: una forma congénita que se presenta en pacientes más jóvenes y una forma asociada a la edad avanzada que calcifica y obstruye la válvula”, detalló el doctor Fernando Cura, jefe de Cardiología Intervencionista del ICBA.
“La mejor forma de diagnosticar una estenosis aórtica severa es mediante el relato del paciente, quien percibe los síntomas. A través de los estudios complementarios, se detecta la afección de la válvula. El más completo es la ecografía doppler color, que permite visualizar todas las estructuras del corazón y comprender el funcionamiento”, mencionó.
Las formas de tratamiento son dos: el reemplazo quirúrgico de la válvula aórtica, que se realiza en pacientes jóvenes o el implante valvular mediante catéteres que se realiza en pacientes de edad avanzada.
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Prevención
Para reducir el riesgo de desarrollar complicaciones cardiovasculares, hay una serie de recomendaciones que son clave:Mantener una alimentación saludable Reducir la ingesta de sal Realizar actividad física de forma regular Un manejo adecuado del estrés Un descanso apropiado Evitar el consumo de tabaco y el exceso de alcohol