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Día de las Infancias: impacto y controversias detrás de los traumas infantiles

BigBang dialogó con las neuropsicólogas, Mariana Fernández y Carina Schwindt, especialistas en infancias.

18 Agosto de 2024 21:30
Día de las Infancias

Anualmente, agosto se convierte en el mes donde se conmemora la vida infantil. En 2024 se celebrará el 18 de agosto, se celebra en Argentina lo que actualmente se reconoce como el "Día de las Infancias", antes llamado como "Día del Niño". Este cambio se produjo para concientizar acerca de la diversidad y que los menores puedan crecer desde la libertad y el respeto. 

La tradición de este festejo en el país se remonta a 1960, año en el que se estableció según lo recomendado por UNICEF que era fundamental para los niños promover su felicidad y bienestar. Desde entonces, este día es adaptado no solo para recibir regalos, sino también realizar actividades para la educación, el deporte y la creatividad. 

18 de agosto Día de las Infancias en Argentina

El Día de las Infancias, donde los menores son agasajados por los mayores, es una oportunidad para destacar la importancia de la infancia, la protección de los derechos de los niños, y para recordar que el amor y el cuidado de los más jóvenes son fundamentales para su desarrollo, tanto físico como psicológico. 

En este contexto, BigBang contactó dos profesionales de la salud mental para reflexionar acerca de los traumas en las infancias y como estas no sólo deben ser tratadas, sino la importancia de un accionar y acompañar por parte de los padres para que no repercuta en el futuro del menor. 

La licenciada Mariana Fernández es neuropsicóloga y psicopedagoga Infantil. Especialista en Neurodesarrollo y Crianza (MN 50364) y Carina Schwindt neuropsicóloga y psicóloga infantil, especialista en Neurodesarrollo y Crianza (MN 40562 - MP 72205), son especialistas que además de atender en consultorios, aportan conocimiento a través de las redes sociales.

Fernández definió los traumas como: "Experiencias que son abrumadoras y emocionalmente devastadoras para un niño, excediendo su capacidad de afrontamiento", comenzó relatando y luego se refirió a los tipos de traumas que existen en los niños: "Estos traumas pueden surgir de eventos como el abuso físico, emocional o sexual, la negligencia, la pérdida repentina de un ser querido, o la exposición a violencia, ya sea en el hogar o en la comunidad. Estos tipos de traumas no solo impactan el bienestar emocional de los niños, sino que también pueden alterar su desarrollo cerebral, afectando áreas clave relacionadas con el manejo de emociones, la memoria y la capacidad de establecer relaciones sanas", concluyó la psicopedagoga infantil.

Traumas en la infancia

Ante la consulta sobre las diferencias que existen entre un trauma y una experiencia difícil de sobrellevar, Mariana destacó: "Un evento traumático es aquel que sobrepasa la capacidad del individuo, en este caso del niño, para procesar y manejar lo que está ocurriendo. Estos eventos dejan una marca profunda y duradera, impactando el desarrollo emocional y psicológico. Por otro lado, una experiencia difícil, aunque también desafiante, no genera las mismas alteraciones a largo plazo. Mientras que una experiencia difícil puede ser estresante o dolorosa, no necesariamente cambia la forma en que el cerebro y las emociones del niño funcionan de manera permanente. La clave está en el nivel de impacto y en cómo el niño procesa y sobrelleva la situación."

BigBang consultó sobre cómo puede un trauma en la niñez afectar el desarrollo emocional y psicológico de un niño a largo plazo y fue la psicóloga infantil quien destacó que lo que un niño vive en su infancia puede repercutir en su vida adulta, "creando patrones de ansiedad, depresión, baja autoestima y dificultades para formar relaciones saludables. A nivel cerebral, el trauma puede alterar el desarrollo de áreas involucradas en la regulación emocional y la respuesta al estrés, como la amígdala y el hipocampo", lo que significa que un niño que experimentó un trauma podría tener dificultades a la hora de gestionar el estrés, interpretar señales sociales, y mantener un equilibrio emocional estable en su adultez.

Claves para detectar traumas en las infancias

Según las profesionales, los signos de traumas pueden variar y manifestarse a través del cambio de comportamiento. Sin embargo, destacaron algunos de los más comunes como aquellos que incluyen el retraimiento social, la regresión a comportamientos de etapas anteriores, entre los que se encuentra chuparse el dedo como bebé

Además, pueden contar con problemas de sueño, pesadillas, cambios en el apetito, y dificultades en la escuela. También pueden aparecer síntomas físicos sin causa médica aparente, como dolores de cabeza o de estómago. Estos signos indican que el niño está lidiando con una carga emocional que no puede expresar verbalmente.

Traumas en la niñez que marcan

Con el madurar, una persona va a adquiriendo herramientas para expresarse, por lo cual un menor no cuenta con esto y es allí donde los padres juegan un rol fundamental: "Los niños a menudo no tienen las palabras para expresar lo que sienten después de un evento traumático, por lo que los adultos deben estar atentos a cambios sutiles en su comportamiento y emociones. Es importante observar si el niño se muestra más irritable, ansioso, o retraído de lo habitual, si evita ciertas situaciones o personas, o si tiene dificultades para concentrarse. Los educadores y padres deben crear un entorno de confianza donde el niño se sienta seguro para compartir lo que está sintiendo, aunque no sea capaz de hacerlo de manera directa. Preguntarles sobre sus sueños, sus miedos o usar el juego como medio para explorar sus emociones puede ayudar a identificar si hay un trauma subyacente", anunció Schwindt.

La licenciada, Mariana Fernández afirmó que es posible que algunos niños no muestren signos evidentes de trauma, ya sea por mecanismo de defensa o porque aprendió a suprimir sus emociones: "En estos casos, es fundamental que los adultos cercanos al niño, como padres y maestros, estén atentos a cualquier señal sutil o cambios en su comportamiento. Es útil mantener una comunicación abierta y asegurarse de que el niño sabe que está en un entorno seguro para expresar sus sentimientos. También puede ser útil involucrar a un terapeuta que se especialice en trauma infantil, quien puede utilizar técnicas como la terapia de juego para ayudar al niño a procesar sus emociones.", aconsejó.

Asistencia terapéutica y ayuda para las infancias

Al ir creciendo, algunas personas cargan con emociones y traumas del pasado, que los afecta en su vida tanto privada como laboral. Es por esto, que BigBang resalta la importancia sobre las terapias. Según las entrevistadas, existen múltiples terapias que muestran un alto porcentaje de efectividad en el tratamiento de traumas infantiles. Una de ellas es la terapia cognitivo-conductual (CBT), siendo una de las más utilizadas por profesionales, ya que ayuda a los niños a cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que fueron afectados por el trauma. 

Múltiples terapias ayudan a niños a superar traumas

Otra de las destacadas es la terapia de juego, permitiendo que los niños expresen y procesen sus emociones a través del juego en un entorno seguro. Otra técnica útil es la terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares), que ayuda a los niños a reprocesar recuerdos traumáticos de una manera que reduce su impacto emocional. La elección de la terapia depende de las necesidades específicas del niño y de la naturaleza del trauma.

Uno de los traumas mas destacados en la infancia con repercusión en la adultez es el miedo al abandono, incluso si los padres estuvieron físicamente presentes. Carina Schwindt da una aproximación del porqué de esto: "Este temor a menudo se desarrolla cuando, aunque los padres estén presentes, no logran satisfacer consistentemente las necesidades emocionales del niño. La falta de un apego seguro, que implica no solo la presencia física sino también el apoyo emocional y la seguridad, puede generar inseguridades profundas que persisten en la vida adulta. Estas inseguridades pueden manifestarse como miedo al abandono, especialmente en relaciones cercanas, donde la persona teme perder el apoyo emocional que pudo haber faltado durante su niñez", expresó.