Estudios desarrollados por investigadores de Harvard y del King's College London mostraron que una dieta saludable basada en plantas estaba asociada a un riesgo de infección 9% menor de COVID-19 y un riesgo 41% menor de coronavirus severo. Un artículo publicado en el European Journal of Clinical Nutrition asegura que "seguir un estilo de vida y una dieta saludable basada en plantas es una herramienta poderosa que podría retrasar el proceso de envejecimiento, disminuir las comorbilidades asociadas a la edad y reducir el riesgo de COVID-19 severo y de mortalidad por este virus”. Los autores son Hana Kahleova, Directora de Investigación Clínica y Neal D. Barnard, Presidente del Comité de médicos por una Medicina Responsable, los cuales analizaron los estudios más recientes sobre cómo los hábitos alimentarios de las personas influyen en las infecciones por COVID-19.
En su conclusión, los profesionales advirtieron que una dieta basada en plantas "es la estrategia con el mejor potencial de costo-efectividad y debería ser ampliamente promovida e incorporada en la práctica diaria" para reducir los contagios y mitigar los casos severos de coronavirus. “A lo largo de los últimos años, hemos remarcado y difundido que una dieta saludable basada en plantas puede ayudar a prevenir e incluso tratar ciertas enfermedades, tales como la enfermedad coronaria, la diabetes tipo 2 o el cáncer colorrectal”, afirma María Marta Andreatta, Directora de Investigaciones de Sinergia Animal, una ONG internacional que promueve la adopción de dietas basadas en plantas, en diálogo con BigBang.
De acuerdo con la ONG, en la última década los consumidores en Latinoamérica han estado cambiando sus hábitos alimentarios, volcándose hacia una dieta que incluya más alimentos de origen vegetal. De hecho, un estudio elaborado por Ingredion y la firma consultora Opinaia, reveló que el 90% de los sudamericanos están interesados en consumir alimentos a base de plantas para lograr una dieta más saludable. La encuesta registra que en el 67% de los países encuestados (Colombia, Chile, Brasil, Argentina y Perú), las marcas sustentables son consideradas importantes. Además, advierten que la pandemia aceleró y promovió esta tendencia "saludable".
Las razones son variadas: los precios más altos de los productos de origen animal, las altas emisiones de gases de efecto invernadero, el alto consumo de agua y deforestación que implican los alimentos de origen animal, la búsqueda de alimentos más saludables y la consideración ética hacia los animales. “Estas dietas son una herramienta poderosa para enfrentar las enfermedades crónicas y también la pandemia del Covid-19, que son dos de los mayores desafíos actuales de la salud pública global. Se trata de una dieta que tenga como base el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, grasas saludables y la menor cantidad posible de alimentos de origen animal", señala Andreatta.
Según una encuesta desarrollada por la Unión Vegana Argentina, el 12% de la población del país de la carne es "vegana o vegetariana". ¿Pero qué quieren decir estos términos? El veganismo es un principio ético de respeto hacia los demás animales, por considerarlos seres dignos de consideración moral. No sólo busca eliminar al máximo productos que provienen de la explotación animal para alimentación, sino en todas sus formas (vestimenta, entretenimiento, experimentación y otros). Mientras que el vegetarianismo es el régimen alimentario que tiene como principio dejar de consumir cualquier tipo de carne animal pero no excluye a los derivados como los lácteos, los huevos y la miel.
Según Andreatta, una dieta saludable afecta a nuestro organismo de manera favorable en este contexto de pandemia. "Básicamente a lo que se refiere al COVID, fortalece al sistema inmune a partir de la incorporación de micro-nutrientes varios, como vitaminas y minerales. Las formas graves del COVID están asociadas a la obesidad, a los problemas cardiovasculares y a personas con diabetes. En general, todas estas patologías causan mayores riesgos de contraer formas más graves del COVID-19 y todas ellas están asociadas con la dieta. Hay evidencia científica de cómo una dieta basada en plantas previene y mejora el tratamiento de estas enfermedades", advirtió.
Uno de los estudios más extensos realizados a la fecha por investigadores de Harvard y del King's College London demostró que una dieta saludable basada en plantas estaba asociada a un riesgo de infección 9% menor de COVID-19 y un riesgo 41% menor de coronavirus severo. Para eso, se analizó la información de casi 600 mil personas. Otro estudio, conducido por científicos de la Universidad John Hopkins, una de las universidades de salud pública más prestigiosas del mundo, evaluó a trabajadores del área de la salud de seis países distintos que tuvieron una significativa exposición a pacientes con COVID-19.
Los resultados mostraron un riesgo 73% menor de Covid-19 severo a moderado en el grupo que reportó comer menos carne y lácteos y más frutas y verduras. El artículo también destaca que la presencia de condiciones crónicas, tales como obesidad, enfermedad cardíaca, hipertensión y diabetes, está asociada con un riesgo de muerte más elevado por Covid-19. “Estas condiciones están fuertemente asociadas a la alimentación habitual y numerosos estudios han demostrado que una dieta a base de plantas es muy eficaz para combatir cada una de ellas'', le explicó a este sitio la Directora de Investigaciones de Sinergia Animal.
Algunas de las evidencias más sorprendentes indican que “las dietas basadas en plantas pueden reducir el riesgo de eventos de enfermedad coronaria en un 40% y el riesgo de eventos de enfermedad cerebrovascular en un 29%”. El mismo estudio también señala que el riesgo de desarrollar síndrome metabólico y diabetes tipo 2 disminuye cerca de la mitad. "Hay trabajos que comparan distintos escenarios dietarios y muestran de manera consistente que la alimentación saludable basada en plantas tiene impacto positivo, no solo en la salud, sino también en la emisión de gases de efecto invernadero, el uso de tierras fértiles, la preservación de fuentes de agua potable y la biodiversidad. Son varios los beneficios a tener en cuenta", aclara.
Consultada sobre las dificultades que pueda llegar a traer un cambio repentino en nuestra dieta, Andreatta explicó que cada organismo es diferente y que las personas que empiezan a cambiar su dieta lo hacen "de diferentes maneras: algunas comienzan reduciendo gradualmente el consumo de alimentos y de origen animal, como carne, leche o huevos, mientras que otras eliminan estos productos de su dieta en un corto plazo”. "Para algunos no es fácil dejar de un día para el otro los sabores a los que están acostumbrados. La buena noticia es que hoy en día podemos encontrar muchos alimentos tradicionales en su versión vegetal", concluyó.