El barrio Villa Lourdes de Mar del Plata no sale de su asombro. Este miércoles Laura Sánchez y su hija Zoe Paz, de 8 años, fueron asesinadas a puñaladas por el hijo mayor de la mujer, quien después de haber cometido el crimen incendió la vivienda donde estaban las víctimas.
La casa donde ocurrió el hecho está ubicada en la zona del puerto, precisamente en la calle Triunvirato al 800, y hasta allí llegaron los bomberos este miércoles después de ser alertados por un incendio.
Cuando apagaron el fuego, el personal pudo entrar al lugar, y se encontraron con los cuerpos de Sánchez y Paz, ambas atacadas con un arma blanca por Matías Paz, quien ya había huido.
La autopsia de los cuerpos permitió determinar que la mujer de 45 años presentaba 20 puñaladas en el torso, abdomen, brazos y cuello, mientras que los profesionales determinaron que la causa de la muerte fue paro cardiorrespiratorio por shock hipovolémico. A su vez, el el cadáver de la menor también se constataron 19 cortes con un arma blanca, en torso, abdomen y cuello.
La causa está a cargo de Leandro Arévalo, de la fiscalía N°7, quien ya dispuso que se realicen las autopsias y la detención del agresor.
En base a lo que se pudo reconstruir, se sabe que Laura Sánchez vivía en la casa que habitaba junto a su pareja. Ambos convivían allí con el hijo de él, el de ella y Zoe. Alrededor de las 11 de este miércoles, el primero de los jóvenes y su padre se retiraron del lugar para ir a hacer compras, por lo que la menor, su hermano Matías Paz de 23 años y su madre se quedaron solos.
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Entre ese momento y el de la llegada de los bomberos, según algunos vecinos, no se escucharon ruidos extraños. Por eso nadie se imaginó que dentro de la casa se había cometido un doble femicidio y que, mucho menos, el agresor era el hijo de la víctima.
Tras el brutal crimen, Paz se presentó en la comisaría 1° para decir que su mamá y hermana habían sido asesinadas en ocasión de robo, aunque rápidamente los investigadores empezaron a sospechar de él, lo que hizo que terminara confesando.
De hecho, se presentó ante los investigadores con restos de sangre, y cuando se comprobaron sus antecedentes, se supo que había estado antes implicado en delitos de “portación de arma de uso civil”, “encubrimiento”, y el más relevante de todos para esta pesquisa: “violencia familiar”.