23 Noviembre de 2017 12:44
El anuncio de la detección de una posible explosión en el ARA San Juan dio por tierra con la esperanza de los familiares de los 44 submarinistas, que sumidos en el más profundo dolor ya dan por fallecidos a sus seres queridos.
Los familiares hoy se quedaron sin esperanzas.
La noticia llegó este mediodía a través del vocero de la Armada Enrique Balbi: "Se recibió información de un evento anómalo, corto, violento y no nuclear, consistente con una explosión", aseguró e indicó: "Hasta tanto no haya una certeza, la búsqueda continúa con todos los medios para detectar al submarino y a los 44 tripulantes". La búsqueda se lleva a cabo en un radio de 125 kilómetros cuadrados, en la zona donde se habría producido la explosión.
Los familiares fueron informados antes de la comunicación general a la prensa y allí se desató el momento de mayor desesperación en estos ocho días, el momento donde la espera y la agonía se convirtió en dolor.
Desde la Base Naval de Mar del Plata, BigBang estuvo con los familiares que se encontraban allí y lo primero que indicaron fue: "Están muertos, dejensé de joder", dijo una mujer a la prensa, muy enojada.
Llorando, terriblemente conmocionados y al borde del desmayo uno a uno se fueron retirando de la Base Naval.
Itatí Leguizamón, la esposa de Germán Suárez, el radarista, se mostró más fría e indicó que seguramente la Armada sabía estos hechos desde el miércoles, cuando se perdió comunicación con el ARA San Juan e insistió en que "le mintieron".
Jesica Gopar, mujer del cabo principal electricista, Fernando Santilli acudió hoy por primera vez a la base, dado que la ponía muy nerviosa tener que ir ahí. "El primer día que considero ir a la base y me acabo de enterar que me quedé viuda", dijo entre lágrimas."Ellos se fueron a una navegación normal como otras que han hecho y no van a volver jamás", expresó sin entender lo sucedido.
Llorando desconsoladamente contó que "siento orgullo por él y si me está escuchando quiero decirle que lo amo y que su hijo va a salir adelante" y le habló directamente a los medios: "Les pido que no nos dejen solos".
"No se si van a volver sus cuerpos y eso es lo que más nos duele. No se voy a poder llevarle una flor o una vela", se lamentó Jesica. Minutos después, despidió a su esposo, papá de Stefano, su bebé de un año, en las redes.
En ese estado de tristeza y de shock los familiares que durante todos estos días "acamparon" en la base naval comenzaron a retirarse para reunirse con el resto de sus familias.
