Fue una pesadilla inesperada. Sucedió el 15 de agosto de 2015 y ahora, casi dos años después, está un poco más cerca de hacerse Justicia. Liliana Noemí Centurión y Cecilia Edith Dominguez esperaban un colectivo en la esquina de Lima y Brasil, en Plaza Constitución y recibieron sendos "dronazos", tanto ellas como el hijo de Liliana, Mariano Báez. Sebastián Ferrari operaba de manera imprudente el aparato desde una obra en construcción de la zona y las dos mujeres debieron ser internadas en el Hospital Argerich.
Esta mañana, la Sala Primera de la Cámara del Crimen, con las firmas de los jueces Luis María Bunge Campos y Jorge Rimondi, ratificó el procesamiento por "lesiones culposas" contra Ferrari, dueño del drone.
El dron noqueó a la gente que esperaba el colectivo. Twitter: @flor_barragan
"El imputado debió prever la posibilidad de su caída en caso de desperfecto -máxime cuando él mismo afirma haberse preparado adecuadamente para su correcta manipulación-, y debió evitar el sobrevuelo en una zona de gran circulación de personas como lo es Plaza Constitución, donde se reúnen muchísimos transeúntes que se dirigen o vuelven de los múltiples medios de transporte que circulan por el lugar", afirma el fallo.
El aparato golpeó a tres personas. Twitter: @flor_barragan
Las lesiones fueron "de carácter leve". Una de las víctimas sufrió "traumatismo de cráneo sin pérdida de conocimiento, un hematoma en brazo derecho y una herida contuso cortante en región occipital del cuero cabelludo"; el niño, "un hematoma en mentón" y la otra mujer, "traumatismo de cráneo sin pérdida de conocimiento, un hematoma en brazo y flanco derecho, una herida contuso cortante en región parieto-occipital y contusiones en ambas rodillas". Parece mentira, pero el drone se las arregló para golpearlos a los tres.