Moses Marandu, oriundo de Zimbabwe, se acostumbró desde niño a tratar sus heridas con azúcar. Hoy, trabajando en Inglaterra como enfermero especializado el cuidado de adultos mayores, encabezó un estudio piloto sobre su uso y en marzo ganó un premio de la Revista del Cuidado de las Heridas (Journal of Wound Care) por su trabajo.
Moses Marandu y uno de sus pacientes.
Según el especialista, colocar azúcar sobre una herida y luego cubrirla con una venda deriva en una absorción de humedad que impide el desarrollo de bacterias y acelera su curación, según la BBC.
Además de las pruebas que Marandu llevó adelante en laboratorio, varios de sus casos de estudio alrededor del mundo respaldan el tratamiento. Uno de estos ejemplos es el de una mujer cuyo pie estaba a punto de ser amputado. "Le dije a ella que lavara la herida, que aplicara azúcar, que la dejara y repitiera", explicó.
Otro paciente, un británico cuya pierna fue amputada a causa de una úlcera, recibió el tratamiento luego de la operación y, en dos semanas, vio como la herida quirúrgica se redujo drásticamente en tamaño.
Según explica Marandu, el azúcar que utiliza no viene directamente del supermercado, sino que debe pasar por un sistema de control de asepsia previo.
Resultados esperanzadores
"Es muy satisfactorio ver los resultados, especialmente ahora que los enfermeros están habilitados para usar el tratamiento luego de que yo lo pidiera y que los pacientes disfrutan de los beneficios", explicó el especialista al Daily Mail.
Murandu está seguro que su tratamiento pronto se extenderá.
"Los especialistas que ven los efectos poco a poco están empezando a creer en su funcionamiento", agregó. "Quisiera agradecer a los pacientes por formar parte de ésto", indicó.