Sólo un mes después de abrir Hermanos, su nueva parrilla, Christian Petersen fue golpeado -como todos los gastronómicos de gran parte del mundo- por la crisis del coronavirus.
"Todavía no sabemos cómo volveremos pero si sabemos que lo haremos en una mejor versión, y que vamos a necesitar la gran comprensión de nuestros proveedores y de nuestro equipo que sabe que vienen tiempos muy, muy duros", le cuenta a BigBang el chef y jurado de El Gran Premio de la Cocina.
Pero, por lo pronto, él decidió convertir la incertidumbre en solidaridad: la cocina de Hermanos volvió a activarse pero para alimentar a niños y jóvenes de sectores vulnerables a través de la Fundación Sí.
Esa no es la única actividad altruista de Petersen: desde la UADE, donde lleva adelante la concesión del comedor de estudiantes, provee comida a la Fundación Manos Abiertas, que ayuda a un centenar de mujeres en situación de calle alojadas en el convento Santo Domingo.
Y, además, en las instalaciones que posee en La Rural de Palermo, cocina para proveer a algunos de los comedores de la CTEP junto a Red Solidaria.
"Aún somos afortunados"
"Hablando con mi equipo entendimos que aún somos afortunados. Aunque por ahí en breve perdamos nuestro trabajo, aún comemos y tenemos un oficio aprendido que cuando pase esto nos ayudará a volver", reflexiona el chef.
En total, junto a su equipo elabora 300 comidas diarias para repartir entre sus emprendimientos solidarios, con ayuda económica y logística de la UADE y La Rural.
Sin embargo, Petersen advierte que aún necesita donaciones de productos frescos, carnes, frutas y vegetales.
"No sabemos cuanto tiempo podremos hacerlo porque también estamos al borde del cierre y angustiados", subraya.
"Pero queremos seguir ayudando a los que ayudan mientras podamos",insiste.