El viernes 6 de octubre, un chico de 14 años ingresó en la escuela Félix Bogado, de Ramos Mejía, con dos armas de guerra, un cuchillo y varias municiones. Según le dijo él a la policía en un llamado al 911, había acudido armado al colegio porque quería suicidarse.
Ahora, después de haber sido salvado, desde las autoridades educativas de La Matanza confirmaron que el alumno no será expulsado porque hacerlo "sería peor".
Un joven de 14 años ingresó a la escuela armado porque quería suicidarse.
La escuela venía de una semana complicada, en los últimos días había recibido varios llamados que terminaban en amenazas de bombas, y por eso, varias clases habían sido suspendidas. Sin embargo, el viernes último un llamado telefónico distinto generó alerta, porque un alumno de la escuela decidió comunicarse con el 911 para avisar que iba a tomar una drástica decisión: matarse.
"Estoy en la escuela Bogado. Estoy armado y tengo la idea de suicidarme en el medio de la escuela", fueron las palabras que el joven pronunció y que rápidamente, provocaron que los oficiales de la policía arribaran hasta el lugar.
Lo cierto, es que las amenazas no sólo habían sido pronunciadas a través de un llamado telefónico, sino que el chico, había utilizado también sus redes sociales para contar lo que iba a hacer. En Twitter, escribió: "Ya llamé a la policía. Si ellos se lo toman como broma, mal ahí, jajaja". Y a ese comentario, le siguió otro más: "No sé si matarlos a todos ahora o después".
El chico había escrito mensajes amenazantes en las redes sociales.
Según comentaron allegados al joven, durante las últimas semanas el chico había estado mal: deprimido y con conflictos familiares. Aunque no se sabe qué era lo que ocurría en su casa, algunos amigos aseguraron que el principal problema era con su padrastro, ya que se cree que ambos tenían una mala relación.
Incluso, el adolescente también había usado sus redes sociales para comentar sus problemas, y hasta había escrito frases de una canción que hablaba de extrañar a un papá que había fallecido.
Del mismo modo, sus compañeros aseguraron que no era un chico demasiado extrovertido. Más bien alguien reservado, que no tenía demasiada relación con los otros chicos.
Los alumnos que estaban en el colegio fueron resguardados en las aulas.
Cómo evitaron la masacre
Según confirmó Infobae, apenas arribó la policía al colegio, enseguida se activó el protocolo de emergencias. Los alumnos fueron resguardados en diferentes aulas, y los compañeros del chico fueron llevados a un ámbito alejado.
Una vez que los cursos estuvieron a salvo, el director del colegio y un preceptor, decidieron ingresar en el aula donde estaba el chico que había hecho la amenaza. Acostado sobre los pupitres y con su vista clavada en el techo, las autoridades encontraron al joven casi en estado de shock. Sin embargo, lograron dominar la situación, y tras una larga charla, consiguieron que el chico contara todo su sufrimiento.
Lloró sin parar, entregó las armas y se fundió en un largo abrazo con su preceptor. Después, su madre y su padrastro llegaron a la escuela, porque el chico también les había avisado que se iba a quitar la vida, y tras un emotivo reencuentro, los tres se dirigieron hacia la comisaría para explicar que las armas se las había sacado a la nueva pareja de su mamá.
Las armas con las que el chico ingresó al colegio.
La situación actual del chico
Desde el colegio, brindaron esta mañana una charla para los profesores y padres de la escuela, al mismo tiempo que desde la inspección de educación de La Matanza pusieron en marcha un programa de asistencia psicológica para el chico y para la familia.
"La idea es poder contener a todos los alumnos, incluido al propio chico. Afortunadamente no tomó ninguna decisión terrible y hoy puede estar junto a su familia. En este tipo de casos, es muy importante la contención. Expulsarlo del sistema sería lo peor que le podría pasar en una situación como esta", aseguró una de las autoridades educativas de La Matanza.