Después de la tragedia de Lezama, en la que murieron dos nenas y decenas de chicos resultaron heridos, este lunes a la madrugada un chofer que estaba a punto de partir en un colectivo repleto de menores desde un colegio en La Matanza, fue bajado por los padres de los alumnos, luego de que se dieran cuenta de que estaba borracho. Según determinó el test de alcoholemia que le realizaron minutos antes de arrancar el viaje, el conductor tenía 1.39 gramos de alcohol en sangre.
Lo que tendría que haber comenzado como un viaje de egresados de sexto grado, terminó de la peor manera en la escuela primaria Nº 191 de Rafael Castillo, donde un chofer de 60 años quedó demorado después de que se detectara que estaba por partir hacia San Clemente del Tuyú y Las Toninas en un estado total de ebriedad.
Cuando el inspector de la Secretaría de Transporte realizó el control de alcoholemia y dio positivo, los padres intentaron agredir al chofer en la puerta de la escuela, y entre insultos y empujones, lo bajaron del micro. Tras la la violenta situación, la policía intervino en el lugar, y aunque el conductor del bus de la empresa Rutatlántica no quedó detenido, sí fue demorado preventivamente en la comisaría de Rafael Castillo, al mismo tiempo que el colectivo fue secuestrado.
Según explicó a TN el subdirector de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) Jorge Ceballos, el chofer no accedió a que le hicieran una "contraprueba" luego del test inicial, mientras que hasta el momento tampoco hizo un descargo sobre su estado de ebriedad.
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La prueba de alcoholemia se realizó en la medianoche de este lunes, antes de que el micro arrancara, e indicó que el chofer tenía 1,39 gramos de alcohol en sangre.
Previo a este episodio que podría haber terminado en tragedia, el pasado jueves 28 de noviembre un micro repleto de niños volcó en Lezama, lo que produjo la muerte de dos chicas de 11 años, y que además decenas de alumnos menores de edad resultaran heridos.