José Luis Cabezas, reportero gráfico de la revista Noticias que fue asesinado hace 27 años en la localidad de Pinamar, por la banda vinculada al empresario Alfredo Yabrán, en medio de un contexto de disputa política entre Eduardo Duhalde y Carlos Menem. Este crimen conmocionó al periodismo argentino y a la opinión pública y aún hoy estremece a sus familiares, que esperan una justicia que nunca llegó.
Sus familiares y amigos hicieron un homenaje para recordarlo, uno de ellos fue en la cava de General Madariaga, en la que se halló el cuerpo calcinado del fotógrafo el 25 de enero de 1997. El primer acto se realizó a las 11 en el Monolito colocado en su memoria frente a la Terminal de ómnibus de Pinamar y en simultáneo, se realizó otra conmemoración en la sede de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina.
Cabezas fue torturado y asesinado. Pero un año antes, había fotografiado a Yabrán -empresario propietario de la empresa OCA- que mantenía hasta ese entonces una imagen ultra resguardada de los medios de comunicación. La fotografía que recorrió todos los diarios y medios del país fue tomada de forma oculta durante una cobertura de verano de la revista Noticias, junto al periodista Gabriel Michi y que desató lo que sería luego su persecución.
En la fotografía, se lo ve a Yabrán caminando en la playa con traje de baño y fue publicada en la tapa de la revista en marzo de ese mismo año y la investigación judicial posterior a esa publicación reveló que ese fue el detonante que desencadenó más delante el asesinato de Cabezas. "Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente. Ni los servicios de inteligencia tienen una foto mía", habría dicho el empresario en aquel entonces.
Ese verano, después de la publicación, Cabezas y su pareja, Cristina Robledo, comenzaron a recibir amenazas telefónicas y tan sólo un año después, un funcionario cercano a la gestión del entonces intendente de Pinamar, Blas Altieri, le advirtió que la gente que trabajaba con Yabrán había indagado la dirección donde se alojaría durante la cobertura de la temporada siguiente.
Sin embargo, el contexto en aquel momento era sumamente tenso en la Argentina, ya que había una feroz disputa entre el -en ese entonces- gobernador de la provincia de Buenos Aires Eduardo Duhalde y el presidente en funciones Carlos Menem.
Menem, por su parte, buscaba mantenerse en el poder para un tercer mandato, mientras Duhalde veía en el crimen de José Luis Cabezas una maniobra para obstaculizar su camino hacia la presidencia. Entonces, Domingo Cavallo (quien era el ministro de Economía), denunció ante la Cámara de Diputados la existencia de una mafia liderada por el empresario Alfredo Yabrán, quien era considerado como uno de los principales asesinos del fotógrafo, mientras que el Jefe de Estado aseguraba que era "sólo un empresario más".
La noche del crimen
El crimen tuvo lugar casi un mes después de que el policía Gustavo Prellezo -condenado como uno de los autores materiales del hecho- se reuniera con Yabrán para que este le expresara que quería pasar un verano "verano tranquilo sin fotógrafos ni periodistas". mientras que Cabezas, junto a un colega Michi, habían planeado entrevistar al empresario en una fiesta en Pinamar.
Esa fiesta fue el detonante de la tragedia para la familia Cabezas y se llevó el revuelo público del periodismo, ya que tras intentar ejecutar el plan, el cuerpo del reportero gráfico fue encontrado en el vehículo en el que se desplazaba totalmente calcinado e inmediatamente, las conexiones entre el Gobierno y el empresario no tardaron en hacerse rumor, llevando a la renuncia del ministro de Justicia, Elías Hassan, por sus múltiples contactos telefónicos con Yabrán.
El asesinato del fotógrafo consternó a toda la población argentina durante muchos años y se convirtió en un símbolo de denuncia, con la consigna "No se olviden de Cabezas" inundando portadas de diarios y revistas de todo el país. Yabrán quedó acorralado luego de que la Justicia le dictara prisión preventiva y, tras estar prófugo durante días, se suicidó en su campo de Entre Ríos con una escopeta cuando la Policía se disponía a detenerlo.
El juicio: qué pasó con los condenados por el asesinato del fotógrafo
José Luis fue hallado muerto el 25 de enero de 1997 y el primer juicio por el asesinato se realizó en se mismo mes pero del 2000, llevado a cabo en los Tribunales de Dolores, finalizando con las condenas a prisión perpetua del policía Gustavo Prellezo, del custodio del empresario Alfredo Yabrán, Gustavo Ríos, por un lado, y por el otro, de los policías Aníbal Luna y Sergio Camaratta y de los integrantes de la banda "Los Horneros" Horacio Anselmo Braga, Sergio Gustavo González, Miguel Retana y José Luis Auge.
Luego, la aberrante resolución de los camaristas de Casación, Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués, que redujeron las penas de cadenas perpetuas en la sentencia del juicio oral del 2 de febrero de 2000 a condenas de entre 18 y 27 años con las bases a la denominada ley 2x1 entonces vigente.
Fue así que los "Horneros", con excepción de Retana que murió en la cárcel, fueron beneficiados con morigeraciones de la prisión. De hecho, Gustavo González obtuvo la libertad condicional a finales de 2015 y ahora está preso por una causa de narcotráfico, mientras que Braga vive en Los Hornos y se recibió de abogado pero no lo dejan ejercer por sus antecedentes.
Por su parte, Gustavo Prellezo se recibió de abogado en la cárcel y en el mes de noviembre de 2020, en plena pandemia del coronavirus, producto del reclamo de los familiares del fotógrafo asesinado, el Tribunal de Disciplina del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal resolvió excluirlo de la matrícula.
El crimen del reportero de Editorial Perfil quedó en la retina de los argentinos y se recuerda cada 25 de enero para defender la libertad de prensa y al periodismo, además de acompañar su familia que continúan buscando justicia y paz.