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El desgarrador relato de la viuda de uno de los rosarinos muertos en Nueva York

Habló a 80 días del atentado que se cobró la vida del grupo de amigos que había viajado para celebrar el aniversario de su egreso.

21 Enero de 2018 10:00
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Pasaron ochenta días desde el atentado de Nueva York en el que murieron cinco rosarinos que habían viajado a la Gran Manzana para celebrar el aniversario de su egreso del secundario. Desde entonces, la Justicia de Estados Unidos avanza en el juicio contra el autor de la masacre, Sayfullo Saipov. Pero en Santa Fe, las familias luchan contra algo más doloroso: vivir después de la tragedia.

Ana llevaba catorce años de casada con Hernán Mendoza, una de las víctimas.

Ana Evans, la viuda de Hernán Mendoza, habló por primera vez en diálogo con el diario La Nación. La arquitecta de 42 años reveló cómo se enteró de la noticia, cuál fue el último diálogo que mantuvo con su esposo diez minutos antes del ataque y cómo están hoy sus hijos de doce, diez y tres años.

El grupo antes de partir rumbo a la Gran Manzana.

Las revelaciones más dolorosas de la viuda de uno de los rosarinos

“Hablé con él 10 minutos antes del ataque. Ellos estaban almorzando en el Chelsea Market y, como ahí tenía Wi-Fi, hablamos. Ahí es donde nos comparten el video de las bicicletas que se vio en todos lados".

"Ese mediodía hablamos de casualidad porque yo llegué de trabajar y él estaba ahí en el mercado. Me pasó las fotos de todo ese día. A la mañana habían estado en el Museo Guggenheim, como él era arquitecto y yo también estudié arquitectura hablamos de las fotos. Bromeamos y le dije que le iba a dar tortícolis de tanto mirar para arriba los edificios de Nueva York".

"Después yo le pasé fotos de mi hijo más grande, que estaba de campamento con la escuela, y charlamos de eso. Me dijo 'Te dejo que vamos a seguir pedaleando' y me explicó por dónde iban a ir".

"La primera persona que me llama me dice que estaban pasando una noticia en la tele que habían atropellado a un grupo de personas en bicicleta en Nueva York. Lo primero que pensé es que había sido un accidente”.

"Pasaban las horas y no tenía noticias. Entonces yo trataba de pensar que lo estaban operando. Que estaba en un quirófano, que le estaban tratando de salvar la vida. Hasta que finalmente, cinco horas después, me dan la peor noticia".

"Él murió en el lugar. El traslado fue a la morgue. La demora fue la que hay por la identificación".

"En ese momento, comencé a pensar en cómo proteger a mis hijos. Me di cuenta lo que se venía. Ahí, en esos primeros días, sí hice una burbuja. Tanto en el colegio al que va la más chiquita como al que van los dos más grande. Enseguida me comuniqué con ellos porque me preocupaba, sobre todo el varón, que estaba de campamento y no sabía cómo hacer para que no se enterara hasta el otro día que él llegaba del viaje. Ese fue otro de los motivos por los que no viajé. Además, mi hija menor es muy chiquita, ¿cómo la iba a dejar sola?".

“Hablo mucho con los chicos. Ellos me preguntan. La de 3 años a su manera entiende. Con ella puedo hablar de que el papá está en el cielo convertido en ángel. Esa es la metáfora que yo uso todo el tiempo".

Los cuatro sobrevivientes durante la conferencia de prensa que brindaron desde Nueva York.

"Después de lo de su papá, ella es mi sombra, está pegada a mí. Ella habla y me dice 'mamá yo no quiero que vos también te vayas al cielo'".

“Tengo la inmensa responsabilidad de hacerme cargo de todo ahora que se truncó nuestro proyecto de vida. Yo me vine desde Entre Ríos a Rosario hace 14 años para vivir con él y proyectar nuestra vida juntos. Pero de repente uno se siente en la absoluta soledad".

Por último, Ana habló del desafío que le espera de cara a la crianza de sus hijos: “Uno de mis mayores temores como madre es que cuando ellos tomen real dimensión de lo que pasó tengan odio y resentimiento. Quiero que ellos puedan crecer sin odio y sin resentimiento porque si no, no van a poder ser felices”.