La crisis económica produce una preocupación permanente y se convierte en una amenaza para la salud física y mental. Con el dólar subiendo y bajando sin alejarse de los 40 pesos, más la falta de claridad sobre el rumbo económico, altera a los argentinos. La sensación de 'esto ya lo viví' aumenta con sólo leer las noticias y genera preocupación social.
El Grito, 1893.
En 1983, el artista Edvard Munch pintó El grito, uno de sus más conocidas obras. Allí plasmó la angustia, la desilusión y el grito de expresionismo. Quiso exteriorizar su desconsuelo más doloroso. Su creación sigue vigente. Con otros disparadores, la angustia aparece como un mal síntoma social, que ante las turbulencias económicas repercute cada vez más en la salud de los argentinos. Y la imagen que forman las pinceladas se reproduce en la expresión de muchos.
La angustia es un estado que suele afectar a un grupo reducido de la sociedad, pero en tiempos de crisis el ritmo de la vida estresante, sumado a complicaciones personales y profesionales deriva en que muchas personas aumenten la posibilidad de sufrir un cuadro de ansiedad.
Los cambios en la cotización del dólar, el aumento de tarifas, la inseguridad y los anuncios de solicitud de préstamo al FMI completan un cocktail que atemoriza, preocupa y enferma.
La clave: evitar la sobreinformación.
"Las crisis económicas irrumpen fuerte en la vida cotidiana de todos nosotros: angustia, desazón y estrés aumentando hasta seis veces las muertes por infarto", afirma Jorge Tartaglione, cardiólogo y presidente de la Fundación Cardiológica Argentina. Su mensaje compartido en Twitter es alarmante.
El licenciado en psicología Daniel Fernández, autor de El origen de tu angustia, agrega: "Todas las personas están insertadas en un contexto social. Por más que no lo afecte directamente, los cambios en el entorno pueden generarnos distintas sensaciones. Si nos referimos a las noticias económicas, en términos específicos, lo que preocupa no es la plata sino lo que representa en sí el dinero. Lo que nos permite hacer, proyectar, imaginar un futuro y sentir estabilidad en general", explica.
-¿Qué es lo que más angustia provoca?
-La incertidumbre es tan grande que se sufre. Esa materialización del sufrimiento puede ser el comienzo de la angustia. De repente se habla de tarifazo, luego se da marcha atrás, luego no se sabe si podrán pagar el total de las cuentas. Esa sensación de tironeo provoca más tensión.
Además de las consecuencias psicológicas, el padecer de la angustia puede verse reflejado en dolores de cabeza, malestar estomacal, llantos espontáneos y cambios de humor.
"Lo que preocupa no la plata sino lo que representa en sí el dinero. Lo que nos permite hacer, proyectar, imaginar un futuro y sentir estabilidad en general"
Pero no sólo se sufre por lo que nos sucede, sino por lo que padecen los cercanos. "Si un amigo o familiar sufre, por estima también estaremos preocupados. En este momento ocurre que la insatisfacción, sea por el motivo que sea, se expresa en más canales de comunicación. Por ejemplo, la comunicación por las redes sociales, mensajería, formas, expresiones, entre otras", explica Fernández.
También existe el caso de las personas que empatizan desde el sufrimiento. Ante el temor se informan y conversan sobre sus miedos y temores y el nivel de angustia aumenta. Lo cual se vuelve una acción peligrosa para la salud mental y física.
¿Cómo evitar la angustia?
Es complejo evitar estar en tema e informarse sobre lo que ocurre minuto a minuto. Pero según Fernández, hay momentos para intentar aislarse de la realidad. "Entiendo que nadie puede vivir en una burbuja, pero tampoco es para obsesionarse viendo los programas políticos, más allá de los temas personales que cada uno pueda tener. La sobreinformación nunca es buena y menos cuando nos provoca un efecto negativo", afirmó.
Entre los tips que aporta, el psicólogo recomienda dedicar tiempo a un hobbie o pasatiempo, o por lo menos distraerse con una actividad para que el consciente se posicione en otro tema. "El problema es que la resolución de lo que nos angustia no está en nuestras manos. Sino que depende de otro. Por ese motivo hay que aflojar y cuidarse de enredarse en pensamientos que no nos favorecen. Poner la mente en otra cosa. Lo que nos pasa se divide en tres partes: lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos. Si solo nos quedamos con las dos primeras nos irá mal. Debemos hacer algo para salir de la angustia. Si no podemos hacer nada directamente para solucionar lo que nos acongoja, hagamos algo para no quedar atrapados en el desconsuelo", finalizó.
TIPS PARA EVITAR LA ANGUSTIA
Evitar la sobreinformación de la problemática
Apostar a algún proyecto u objetivo diario para descargar tensiones
Hacer alguna actividad recreativa o física
Tener momentos en los que no esté expuesto a la información
Reunirse con los afectos, amigos o familiares
Expresar lo que se siente pero sin repetirlo de manera constante para no instalar ideas negativas