En el Congreso hay una llamativa oficina, de la cual se tienen pocos datos. Si bien fue creada en los tiempos en que Julián Domínguez presidía la Cámara de Diputados, se puso en práctica hace poco.
Se trata del despacho 109, donde funciona la Dirección de Culto Legislativo de la Nación, que tiene como objetivos ejecutar y mantener “vínculos con los distintos cultos, iglesias confesiones, comunidades o entidades religiosas”.
La oficina está ubicada en el primer piso del Parlamento. Según un informe del portal La Izquierda Diario, apunta a “planificar y programar actividades tendientes a generar y mantener vínculos con los distintos cultos y a garantizar la libertad religiosa”.
La oficina 109 funciona en el primer piso del Congreso de la Nación.
Quienes integran la oficina tienen como objetivo “efectuar un seguimiento parlamentario de cuestiones inherentes a la relación entre la Iglesia Católica y el Estado argentino”.
La llamativa resolución de enero de 2015 dividía, además, a la dirección en Culto Católico y en Entidades Religiosas. La oficina pasó a ser conducida por Gerardo Di Fazio Lorenzo, y la dirección de Culto bajo el mando de Emilio Antonio Patricio. La de Entidades quedó a cargo de Federico Aranda.
Di Fazio no es nuevo en este tipo de temáticas. Además de ser amigo personal del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, un hombre del PRO, fue director provincial de Cultos de la jefatura de Gabinete con Felipe Solá. Incluso, durante la gestión de Daniel Scioli fue secretario legislativo de Culto bonaerense.
La oficina de la Iglesia en el Congreso fue poco promocionada y no hubo detalles sobre su funcionamiento.
¿estado laico?
La oficina 109 plantea un debate acerca del poder de la Iglesia en un Estado laico, como es el caso de la Argentina. Incluso, otro de sus objetivos será “estrechar vínculos, promover la participación de los legisladores en celebraciones, ceremonias y actividades que efectúen las entidades religiosas, como también cooperar en gestiones que estén al alcance de su competencia”.
Pero además, otro detalle polémico tiene que ver con la falta de acceso a la información, ya que no existen detalles sobre el decreto o resolución que abre la nueva oficina. Esto provocó diversas críticas, ya que la creación de un espacio dedicado al catolicismo en pleno Congreso Nacional se llevó adelante sin siquiera hacerse público.