La denuncia del diario El País de España causó un cimbronazo en el Gobierno. Enojos, incomodidad y pases de factura. Pero sobre el enojo de los superiores jerárquicos de funcionario acusado de esconder dinero.
La historia es así: El subsecretario general de Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, habría ocultado U$S 1.200.000 (980.000 euros) en Andorra, un país de 78.264 habitantes entre España y Francia, en donde hasta el año pasado regía el secreto bancario.
El dinero permaneció en una cuenta de la Banca Privada d'Andorra (BPA) a nombre de una sociedad, según consignó el diario EL PAÍS.
El funcionario macrista, en la mira de la prensa internacional.
Díaz Gilligan figuró como representante de la empresa y accionista, aunque asegura que el dinero no era suyo. La cuenta estuvo a nombre de la empresa británica de intermediación de jugadores de fútbol Line Action. El 100 % de esta firma pertenecía a la mercantil panameña Nashville North Inc.
Andorra, uno de los centros de ski más importantes de Europa. Levantó el secreto fiscal hace poco.
El funcionario en la mira es hoy uno de los principales asesores de Fernando De Andreis, secretario General de la Presidencia. Se conocen desde chicos, jugaron incluso juntos al fútbol en un equipo de San Justo y dejaron de verse por años. Pero en 2013, a través del hoy ministro de Modernización, Andrés Ibarra, se reencontraron después de casi una década. De Andreis lo convocó para que se sume a sus equipos cuando todavía era funcionario de la Ciudad.
En el despacho de la Secretaría General de la presidencia. lo que menos había esta mañana era tranquilidad. Sobre todo porque mientras la cúpula del Gobierno se había mudado a Chapadmalal para el famoso "retiro espiritual" del macrismo, los colegas de Gilligan en la oficina debatían su situación: "es imposible que tenga plata fuera del país porque no tiene una moneda".
En España, junto al embajador Ramón Puerta y el dueño de la bodega Catena Zapata.
El artículo de El País sostiene que 2014, cuando Díaz Gilligan pasó a desempeñarse en el área de turismo del gobierno porteño, dejó la actividad comercial que cumplía en Line Action y sostuvo que vendió esa firma a fin de año. Sin embargo el diario precisó que según registros empresariales del Reino Unido habría vuelto al mismo cargo poco después.
El funcionario fue acusado de ocultar dinero en el exterior.
El Gobierno emitió un comunicado hace un rato donde explica que funcionario figuró como titular de la cuenta para hacerle un favor a un amigo suyo. “Francisco Casal tenía problemas en su país y me pidió el favor. Tenía un juicio con el fisco que ganó y no podía figurar. Confiaba en él. La plata nunca fue mía. Además, yo no ejercía entonces cargo público. Era asesor y facturaba como autónomo”, sostuvo el Subsecretario General de la Presidencia de Mauricio Macri.
La Banca Privada d'Andorra (BPA) advirtió en diciembre de 2014 que Díaz Gilligan tenía un perfil político y que debía analizarse su situación. En ese sentido, solicitó a su departamento de prevención de blanqueo información adicional sobre el cliente. El proceso se inició justo después de que el funcionario se desvinculara de su empresa británica. “Hemos solicitado un informe detallado del comprador y de las circunstancias de la venta de la sociedad para valorar la continuidad”, requirió la BPA.
El descargo de Gilligan
“Por solicitud de los titulares de la firma GolTV, en la cual me desempeñaba entonces como asesor, en 2012 asumí como director de la empresa británica Line Action LTD, dedicada a la intermediación deportiva. Mi vínculo con esta empresa finalizó en 2014, a raíz de mi nombramiento como Director de Promoción Turística del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires”.
“La información en la que se me acusa de haber ocultado un millón de dólares es falsa ya que no obtuve compensación alguna por parte de la empresa mencionada. Ni sueldo, ni honorarios, ni dividendos. Ni durante ese período, ni tampoco posteriormente. Por esta razón es que no tuve ingresos que declarar en Argentina”.
“Cabe destacar que Line Action LTD está radicada en Londres, está perfectamente en regla según las leyes británicas y paga sus impuestos. No es una sociedad Off Shore”.
“A partir de mi salida, en 2014 asume la titularidad de la firma Francisco Casal, quien continua las actividades de la sociedad, haciéndose cargo de los activos y pasivos de la misma”.