20 Diciembre de 2020 11:00
De acuerdo a un estudio conducido por especialistas islandeses y reflejado por National Geographic, los niños y adolescentes menores de 15 años tienen un 50% menos de probabilidades de infectarse de coronavirus, y un porcentaje similar de probabilidades de transmitirlo.
La investigación, que fue encabezada por la Dirección de Salud nacional y la compañía genética deCODE, monitoreó a todos los adultos y niños sometidos a cuarentena luego de potencial exposición al virus, utilizando trazado de contactos y secuenciamiento genético para determinar lazos entre diferentes brotes.
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"Los niños se infectan y transmiten, pero con mucha menor frecuencia que los adultos", señaló la directora ejectuvia de deCode, Kári Stefánsson.
Este no es el único estudio que apoya la conclusión de que los adultos infectados son más peligrosos para los niños que a la inversa. Este tipo de investigaciones puede ayudar a los funcionarios que buscan decidir si cerrar o no las escuelas.
Pero incluso si los niños son generalmente menos susceptibles al virus, cuando una infección surge en una comunidad, los riesgos en las escuelas pueden aumentar drásticamente. En ese sentido, en Estados Unidos las escuelas primarias reportaron más de 313.000 casos hasta el 10 de diciembre.
Usualmente, cuando una enfermedad infecciosa se disemina en escuela, depende de dos factores: cuán usualmente se contagian los niños y cuán fácilmente transmiten la enfermedad a otros.
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Si los alumnos son al mismo tiempo muy susceptibles y altamente infecciosos, las escuelas empujarían nuevos brotes de coronavirus tal como suelen hacer con la gripe. Pero si los niños no se contagian fácilmente y tampoco diseminan rápidamente la enfermedad, las escuelas simplemente se comportarán de la misma manera que el resto de la comunidad.
En ese sentido, si bien los niños podrían tener un rol menor en la transmisión de coronavirus, eso no necesariamente justifica la reapertura instantánea de escuelas, al menos no sin antes tomar medidas que controlen la diseminación comunitaria del virus.
Stefánsson advirtió que si todo cierra excepto las escuelas y guarderías, los niños sí podrían convertirse en una de las fuentes principales de transmisión. Así, la pregunta a hacerse sería qué nivel de riesgo está preparada para aceptar la sociedad si quiere mantener abiertas las escuelas.