16 Octubre de 2018 11:51
Se lo conoció como el “Paciente Berlín” porque le diagnosticaron VIH en la capital alemana en 1995. Sometido al tratamiento antirretroviral durante más de once años, le diagnosticaron leucemia - una enfermedad en sangre muy compleja y aguda - por lo que fue sometido a un trasplante de células madre. Hoy, una década después, se transformó en la primera persona en haberse curado del VIH: desde hace una década no sigue ningún tratamiento y no tiene ningún rastro del virus.
La historia de Timothy Brown, conocido como el “Paciente Berlín” sirvió a un grupo de científicos españoles para ilustrar el descubrimiento histórico que acaban de publicar en Annals of Internal Medicine. Los investigadores del Instituto IrsiCaixa de Barcelona y el hospital Gregorio Marañón de Madrid demostraron que cinco pacientes que además de VIH padecían enfermedades de la sangre no detectaron presencia del virus en los reservorios donde habitualmente se “esconde”, tanto en tejidos como en sangre.
En uno de los cinco casos, además, el paciente no detectó ni siquiera anticuerpos contra el virus en la sangre, lo que podría representar que el virus puede haber sido eliminado del organismo definitivamente. De todos modos, todos los pacientes continúan tomando la medicación. Según detalló el investigador Javier Martínez Picado, los buenos resultados no implican que se hayan curado, sino que por el momento no detectaron carga viral.
Se trata de un avance histórico debido a que a pesar de que en la actualidad existen medicamentos que permiten a los contagiados llevar una vida normal, aún no se halló la cura definitiva, justamente porque una de las particularidades del virus es la posibilidad de “esconderse” en células que son indetectables para el sistema inmunológico. Aunque permiten controlar la enfermedad, los medicamentos no logran eliminar la carga del virus de la sangre y los tejidos.
De acuerdo al estudio de los científicos, el trasplante de células madre, en conjunto con la quimioterapia y los fármacos logró atacar ese "reservorio". De acuerdo al investigador, se trata de pruebas de “alto riesgo” ya que mucha gente muere. “Las nuevas células introducidas en la sangre atacan a las células del receptor, pueden llegar a dañar severamente a la persona y acabar con su vida. Casi todas las personas que reciben un trasplante tienen una manifestación clínica de esta enfermedad”.
El hallazgo es histórico, aunque los científicos pidieron cautela.
Según detallaron, en el caso del Paciente Berlín se trató de un trasplante con células que tenían una mutación que las protegía frente a la infección del VIH. En los otros seis pacientes se recurrió a un trasplante con células madre para repoblar el cuerpo con células sanas: como los pacientes continuaban con el tratamiento antiretroviral, no se contagiaban las células nuevas con el virus.
Los investigadores detallaron que el siguiente paso es llevar a cabo un ensayo clínico para retirar el tratamiento antirretroviral entre los pacientes para saber qué ocurre: si siguen libres del virus en el tejido y la sangre o si el VIH regresa.