El Gobierno comprará 300 pistolas Taser que serán utilizadas en estaciones de trenes y aeropuertos.Pagará U$S 3.000 por cada una. El objetivo es recurrir a esas armas que emiten descargas eléctricas en las circunstancias en que los protocolos policiales no permiten el uso de armas letales: en espacios frecuentados por multitudes.
La decisión fue adoptada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y según informó Clarín cuenta con el aval del presidente Mauricio Macri, quien en sus tiempos como jefe de Gobierno porteño ya había intentado implementar el uso de las Taser, lo que provocó un fuerte rechazo de la oposición y organismos de Derechos Humanos, que recurrieron a la Justicia. Finalmente en 2016 la Corte Suprema habilitó el uso, aunque no se adquirieron.
La ministra Patricia Bullrich impulsa la compra de las pistolas Taser.
Meses después del protocolo que habilita a las fuerzas federales a disparar por la espalda cuando los oficiales sospechan o presumen que se pudo haber cometido un delito grave, Bullrich quiere implementar las cuestionadas pistolas que emiten descargas eléctricas con el foco puesto en prevenir delitos en estaciones de trenes y aeropuertos.
El principal rechazo a las Taser surge debido al daño que se podría provocar, así como también que podrían ser utilizadas como método de tortura por las fuerzas de seguridad. Las armas inmovilizan instantáneamente a quienes reciben la descarga y pueden producir lesiones neurológicas y musculares, entre otras.
Con la decisión ya tomada, Bullrich ahora realizará un estudio acerca de cuántas armas son necesarias en una primera etapa y a qué costos se pueden adquirir. Estiman que cada pistola cuesta unos U$$3.000, y que en un primer momento se necesitarían cerca de 300. Una de las ideas que analizan es que los oficiales que las porten no lleven además armas de fuego, para evitar cuestionamientos de jueces a policías por disparar con las pistolas de fuego y no las Taser.