En medio de una creciente presión inflacionaria y la marcada caída del poder adquisitivo, la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social anunció una actualización en los valores del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM). La medida, publicada hoy a través de la Resolución 17/2024, establece incrementos escalonados desde diciembre de 2024 hasta marzo de 2025, en un intento por mitigar los efectos de la crisis económica que atraviesa el país.
De acuerdo con la resolución, los nuevos montos serán los siguientes:
- Diciembre 2024: $279.718 mensuales para trabajadores con jornada completa y $1.399 por hora.
- Enero 2025: $286.711 mensuales y $1.434 por hora.
- Febrero 2025: $292.446 mensuales y $1.462 por hora.
- Marzo 2025: $296.832 mensuales y $1.484 por hora.
A la par, se confirmó que la Prestación por Desempleo seguirá utilizando el SMVM como referencia, calculando su monto entre el 50% y el 100% del salario mínimo vigente. El anuncio llega luego de que las deliberaciones del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil fracasaran en alcanzar un consenso entre representantes empresariales y gremiales. Tal como ocurrió en julio pasado, las actualizaciones fueron decididas unilateralmente por el gobierno.
En aquel momento, los aumentos definidos por la Resolución 13/2024 no lograron frenar el deterioro del salario mínimo, que acumuló una caída real de más del 31% desde noviembre de 2023, último mes antes de la asunción de Javier Milei como presidente. La persistente inflación erosionó rápidamente el poder adquisitivo de los trabajadores, dejando al SMVM rezagado frente a los precios. Por ejemplo, una familia tipo necesitó ingresos por más de $439.240 para no ser indigente en noviembre.
El SMVM, establecido por el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y reglamentado por la Ley de Contrato de Trabajo, representa el ingreso básico que ningún empleado puede recibir por debajo de su jornada laboral. Sin embargo, las dificultades para garantizar su actualización efectiva generaron un amplio debate sobre su verdadera utilidad en contextos de alta inflación.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través del Convenio 131, subraya que el salario mínimo debe considerar tanto las necesidades básicas de los trabajadores y sus familias como factores macroeconómicos como la productividad y el empleo. En Argentina, además, el SMVM determina el valor de varios programas sociales y, en algunos casos, la cuota alimentaria en juicios de familia, lo que amplifica el impacto de sus fluctuaciones.
Pese a los incrementos anunciados, los especialistas advierten que los valores siguen lejos de cubrir la canasta básica total, que en noviembre superó los $340.000 para una familia tipo. Con una inflación proyectada que podría superar el 200% anual, muchos se preguntan si este ajuste será suficiente para frenar el deterioro de las condiciones de vida de los sectores más vulnerables.
Los gremios calificaron las medidas como "un parche" y exigen un mecanismo más efectivo de actualización que permita proteger el poder adquisitivo de manera sostenida. Por su parte, las cámaras empresariales sostienen que los incrementos representan una presión adicional sobre el ya debilitado sector privado, especialmente para las pequeñas y medianas empresas.
El SMVM, diseñado como una herramienta para garantizar un piso de dignidad laboral, se encuentra en el centro de una tormenta económica y política. Mientras el gobierno busca respuestas rápidas frente a la crisis, las críticas por la falta de consenso y las acusaciones cruzadas con la oposición reflejan la complejidad de encontrar soluciones estructurales en un contexto de extrema fragilidad económica. Con los nuevos aumentos, los trabajadores tendrán un alivio relativo, pero la pregunta sigue siendo: ¿será suficiente para enfrentar la realidad inflacionaria, o quedará como otra promesa que el tiempo y los precios volverán a evaporar?