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"El hombre más feliz del Mundo" llegó a la Argentina

Era biólogo, formado con un Premio Nobel, y dejó todo para retirarse al Himalaya a meditar y cambiar su vida. ¿Cuál esu su secreto? Dice que “todos podemos vivir mejor, solo que no querés hacer el esfuerzo”. La fórmula de la felicidad según Matthieu Ricard.

21 Mayo de 2015 08:32
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El hombre es analizado por varios científicos que buscan develar su formula de la felicidad. Acaba de aterrizar en la Argentina, y aún no le contaron que su estado, aquí, corre cierto riesgo. Es una especio de eminencia mundial. El viernes 22 en el Malba dará una charla, a la que peregrinarán miles de personas tratando de copiar si fórmula, en el marco del evento Green Tara Happines 1° Encuentro de la Felicidad con la “intención de reflexionar sobre el sentido de la vida, que es ser felíz”, según informan.

Matthieu Ricard con el Dalai Lama, quien se convirtió en su maestro.

Se llama Matthieu Ricard, nació en Francia, se crió en una familia compuesta por un padre filósofo, Jean- Francois Ravel, y una madre pintora, Yahne Le Toumelin, por lo que desde niño respiró aires intelectuales, creativos y de pensamientos profundos. Y eso lo marcó para siempre.

Ricard se convirtió en un gran biólogo que tuvo como mentor al Premio Nobel de Medicina François Jacob. Sin embargo en un momento de su vida dejó todo, se despojó de sus pertenencias y de la noche a la mañana, se fue a vivir al Himalaya, convirtiéndose al budismo. Y rodeado de los nuevos y bellos paisajes, cargados por las inmensidades de esa conjunción entre las altas montañas y el cielo, y con el tremendo sonido del silencio como música de fondo, se dedicó a la fotografía y a escribir libros, que lo llevaron a ser masivamente conocidos como “el hombre más feliz del mundo”.

Mirá el informe que realizó Jorge Lanata, que hasta viajó a entrevistar, para el programa “26 Hombres para salvar el Mundo”, y que nunca se vio en la TV abierta.

Dicen , quienes lo trataron,que Matthieu Ricard habla desde la sencillez, calma y alegría de quien es feliz en todos los aspectos de su vida, debido a que ha logrado traspasar las carencias, sufrimiento y negatividades que llevan a la mayoría de las personas a ser infelices.

Sin bienes materiales, amor de pareja ni actividad sexual desde los 30 años, fue analizado y declarado por científicos de la Universidad de Winsconsin como el “hombre más feliz del mundo”, ya que su cerebro presenta una gran actividad asociada al bienestar y las emociones positivas.

Lleva más de 40 años dedicado a la práctica contemplativa budista, viviendo entre la India, Bután, Nepal y Tíbet, pero también recorriendo el mundo para promover proyectos humanitarios, el bienestar y la felicidad. Desde 1989 es asesor del Dalai Lama y traductor de las enseñanzas budistas.

El trabajo fotográfico de Ricard consiste en mostrale al mundo la paz que ven sus ojos.

En América

Lo particular que tiene este hombre es que, al ser un científico y monje, es capaz de encantar y convencer hasta el más racional e incrédulo sobre los beneficios que tienen las prácticas espirituales.

¿Por qué? Ricard es la prueba viva de que la meditación funciona para alcanzar estados de bienestar y felicidad constante, sonante y real. Su secreto está en tener un entrenamiento mental a través de la meditación, la que con paciencia, logrará de a poco, reducir y hasta suprimir los pensamientos y emociones negativas o más bien, verlos desde una perspectiva diferente en la que dejan de ser dañinos.

“Las emociones duran segundos, pero tenemos la tendencia a rumiarlas y su repetición crean estados de ánimo que después por acumulación llegan a convertirse en rasgos personales”, explicó.

El sol, comienza a calentar los picos nevados en el Himalaya, la lento de Ricard captó el momento.

Por eso propone cambiar la emoción o pensamiento negativo por uno positivo, para neutralizarlos, ya que ambos a la vez son incompatibles y agrega, que la neurociencia y la neuroplasticidad han comprobado el impacto que tiene este entrenamiento mental en las personas, donde la vida de los monjes, en especial la del Dalai Lama, es un claro ejemplo de los beneficios. Y no se trata de no enojarse ni ser pasivo frente a las injusticias sino de estar en un estado de bienestar y felicidad consciente sin ser dañino, malévolo.

La idea es no identificarse con la emoción y entender que uno no es la angustia ni la ansiedad.

“Mira siempre lo que te sucede con el ojo de la conciencia y te darás cuenta de la emoción que está ahí y luego, ésta empezará a perder fuerza y de manera natural se va a desvanecer. Si lo haces una vez, dos, tres y cuatro veces la tendencia de esa emoción destructiva irá bajando su intensidad hasta desaparecer”, acotó.

Parece una pintura, sin embargo la imagen tomada por la lente, transmite la paz del atardecer en la montaña.

Es decir, se trata de cultivar las cualidades más valiosas y las otras, disminuirlas. Para eso, dijo, se requerirá esfuerzo, reposo completo y mucha práctica.

Es que para Ricard, la felicidad es un “tesoro escondido en lo más profundo de cada persona”, que para alcanzarla, se necesita entrar en contacto con el mundo interior a través de la meditación y luego en el cotidiano aplicar control y fuerza de voluntad, porque la felicidad no tiene que ver con bienes materiales, poder o belleza.

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