23 Junio de 2022 13:20
Desde la primera hora del día, el incendio que comenzó en el séptimo piso del departamento de Avenida Córdoba y Ecuador mantuvo en vilo a los noticieros. Sucedió a partir de las 5.40 de la mañana y dejó 5 muertos y 35 heridos. Once de ellos asistidos en el lugar y otros 24 derivados a seis hospitales porteños: Hospital Gutiérrez, Ramos Mejía, Rivadavia, Fernández, Elizalde y Durand.
Horas después, la Agencia Judía de Noticias confirmó las identidades de las víctimas: "Se trata de la familia Jabbaz, de la que fallecieron cinco miembros: la abuela, la madre y los tres hijos. El padre de la familia, Ioni Jabbaz, se encuentra intubado en terapia intensiva".
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Horacio, vecino de las víctimas de toda la vida
Una vez que el edificio fue vaciado, los vecinos comenzaron a dar testimonio de lo sucedido en las puertas de su casa. Horacio, contó se demoró cuando escuchó gritos y salió al balcón para entender lo que estaba pasando. “No quise abrir la puerta porque tenía miedo de que fuera un robo. Pero cuando salí y vi que la policía nos hacía señas desde la calle ahí bajamos. Fue todo muy rápido. Nos pusimos lo que pudimos, mi mujer agarró su título, que se recibió hace poco, agarramos la escritura del departamento, los documentos y bajamos”.
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Luego contó sobre la familia afectada: “Las dos mujeres fallecidas del séptimo son la mamá y la suegra. Es una familia de 13 hijos que tienen entre los 5 y los 23 años. Es una familia de la comunidad, numerosa, que se casaron muy jóvenes. Vivían 11 hijos porque los dos más grandes ya estaban casados. Los conozco a todos de toda la vida”.
El canillita que vio todo
Nicolás trabaja en el puesto de diario sobre Avenida Córdoba frente al departamento incendiado. Contó que llegó a las 4.30 y que el fuego empezó cerca de las seis menos veinte. “En principio se escuchaban chispazos, como cuando uno prende el carbón. Los balcones tienen persianas de madera, por eso los chispazos. Yo salí, pensando que era el aire acondicionado, y cuando miré para arriba ví que salían chispas del balcón. Ahí no habré tardado ni treinta segundos que entré al kiosco para llamar a los bomberos y cuando volví a la esquina las llamas ya estaban creciendo”.
Y agregó: “Vi todo el operativo, desde cero. Fue increíble realmente. No tardaron ni diez minutos y ya habían cinco ambulancias, camiones de bomberos y patrulleros. La verdad es que uno a veces se queja pero hoy no hay nada que decir. Yo que lo vi desde la nada puedo decir que fue increíble el accionar”.
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Romina desde el balcón
Los balcones también fueron testigos del fuego, desde todas las perspectivas. Romina contó que desde el suyo se veía cómo el fuego tomó la mitad de la casa. “Del otro lado había dos nenes que entraban y salían, y cuando iba a bajar para avisar que estaban ahí enseguida escuché que otros vecinos ya lo estaban alertando”.Después concluyó: “Cuando escuché la explosión no me percaté de que era un incendio. A los dos o cinco minutos empecé a sentir el olor, salí y justo vi que llegaba el autobombo. Fue muy rápido cómo actuaron. Extinguieron el fuego en menos de veinte minutos”.
Testigo desde el Finochietto
El sanatorio Finochietto también fue un punto de observación privilegiado. Desde el octavo piso del hospital, ubicado frente al departamento, una paciente compartió su perspectiva: “Empecé a escuchar ruidos a eso de las seis menos cuarto y pensé que era lluvia. Se escuchaba como granizo golpeando contra un techo. Y de pronto un hombre salió a los gritos: “ayuda, auxilio”, y atrás otra mujer también gritando”, contó Dolores. Y agregó: “Todavía estoy temblando y en shock, nunca me esperé esto que vimos”.
Según relató la testigo en el programa de Georgina Barbarossa, después de escuchar las alarmas comprendió que algo pasaba: “Pensé que era un robo. De curiosa levanté el blackout y vi unas llamaradas que salían del departamento. Era increíble el tamaño. Del edificio caían cosas a la estación de servicio. Me asusté porque estaba todo en calma, no habían llegado los bomberos todavía. Y yo veía que si se prendía fuego volaba todo por los aires. Después me explicaron que el GNC está muy abajo y que las llamas no pueden llegar. Cuestión que salí corriendo a buscar al enfermero y contarle lo que pasaba”.
La paciente estaba internada y aunque ya tenía el alta médica no pudo salir de la clínica hasta que no despejaron la zona: “Desde mi ventana veía todo. Vi al chico del séptimo desesperado. Entrando y saliendo del departamento. Y en un momento quedó atrapado como adentro de una jaula. Los bomberos no lo podían sacar por las rejas. Después sacaron a varios. La del décimo estaba hecha bolita con una manta, después nos enteramos que estaba embarazada y que estaba cuidando a su bebé. Prendían los celulares para hacer luz. Estaba todo súper negro, no se los veía”.
Y concluyó: “fue una película de terror”.