La polémica sigue abierta. El desembarco de Uber en la Argentina provocó una gran polémica entre los taxistas. Sólo a 24 horas de abrir la convocatoria a los “socios-conductores”, recibieron más de 5.000 inscriptos. Al rechazo generalizado que provocó entre los choferes de taxis en Capital Federal se suman otras provincias.
Sólo bastaron unos mensajes en las redes sociales para abrir una polémica que estaba en pausa. El domingo, Uber anunció que desembarcaría en Argentina y el rechazo comenzó a notarse. El mayor malestar lo expresó el titular del sindicato de peones de taxis, Omar Viviani, quien resumió a la plataforma como “una gran remisería trucha”.
El mapa "anti-uber" de la Argentina: se oponen en Mendoza, Rosario, Córdoba y Buenos Aires.
Ayer comenzaron las capacitaciones en un hotel céntrico de la Capital Federal y en las puertas hubo una enorme protesta de taxistas que rechazan la llegada de Uber al país. Con pancartas “anti-Uber”, los conductores cuestionaron el desembarco de la compañía en Argentina. Incluso llegaron a arrojar piedras al hotel Castelar, donde se hizo la primera convocatoria de conductores.
En total, participaron 120 personas que se anotaron. Desde Uber aseguraron a BigBang que es sólo la primera etapa del proceso, que aún no tiene una fecha de inicio concreto en el país. Antes, deberán definir uno de los aspectos centrales, y que marcará si efectivamente es una competencia para los taxistas: las tarifas. En otros países del mundo, la bajada de bandera es del orden de un dólar ($14,51).
Esta mañana, durante un acto en Villa Devoto, un grupo de taxistas de acercaron al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, para exigirle que impida la llegada de Uber a la Capital Federal.
Pero más allá de esto, en varias ciudades del país ya comenzaron a expresar su enérgico rechazo a la plataforma para transportarse de un punto a otro en auto mediante una aplicación móvil que se contacta con el chofer. Además de Buenos Aires, el “mapa anti-Uber” incluye a Córdoba, donde la Asociación de Permisionarios de Taxis planea un paro nacional por esta razón.
Incluso, el titular del sindicato cordobés, José Rodríguez, anticipó que le planteará el reclamo al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich. “Si no hay respuesta, habrá un paro nacional”, amenazaron.
"No pasará". El mensaje que muchos taxistas pegaron en los parabrisas de sus autos.
“EL PRIMERO QUE SALGA, LO PRENDEMOS FUEGO”
En otros países, la bronca de los conductores de taxis tradicionales provocó varios episodios violentos, con agresiones hacia conductores de Uber. En la ciudad de Rosario, el tesorero de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis, José Iantosca, fue más que enfático: “Si entra Uber, el primero que salga a funcionar lo prendemos fuego”.
Con esas palabras, resumió la bronca que sienten los taxistas en su ciudad. El mayor enojo está relacionado con los requerimientos que tienen los choferes y dueños de taxis, un obstáculo que no afectará a los choferes de Uber. “Tenemos una relación de dependencia que nos cuesta carísimo. ¿Va a venir una aplicación de afuera que no tiene ningún requisito? Vamos a hacer todo lo posible para que no venga a dejarnos sin trabajo”, exigió.
Los usuarios se conectan con los choferes por la aplicación y concertan el horario y día del viaje.
En esa ciudad, actualmente hay alrededor de 4.200 taxis. Desde la Cámara creen que la llegada de Uber los perjudicará en la cantidad de viajes que realizan a diario. Y de hecho, creen que debieran dejar de entregarse licencias.
UN FUERTE RECHAZO TAMBIÉN EN MENDOZA
En la provincia de Mendoza, la Asociación de Propietarios de Taxis también rechaza el desembarco de Uber, y asegura que la nueva plataforma va “en contra de la seguridad del pasajero”. Según el titular de sindicato, Fernándo Sáez, se oponen porque “es una deslealtad comercial”, y considera que “junta autos particulares con choferes que no tienen credencial profesional, ni seguro”.
La aplicación recién llegó al país, y ya genera una enorme polémica entre los taxistas.
“Han ocupado un vacío en donde hay ausencias de políticas de Estado. Tiene que haber un control”, exigió.