El turista sueco baleado a metros de la avenida 9 de Julio antes de fin de año, Christoffer Persson, recibió el alta médica y antes de regresar a su país fue invitado a conocer la cancha de Boca Juniors. El hombre de 36 años recibió un disparo en la rodilla y debieron amputarle la pierna derecha. “Amo esta ciudad y voy a volver”, aseguró durante una entrevista.
Persson fue baleado el domingo 30 de diciembre cuando caminaba junto a su novia a dos cuadras de la avenida 9 de Julio, cuando un grupo de delincuentes le robó el celular. Fue traslado de urgencia al hospital, donde lo debieron operar cuatro veces. En una de las cirugías los médicos le amputaron la pierna derecha.
Ahora, luego de recibir el alta médica, el hombre de 36 años fue a conocer el estadio de Boca Juniors. Antes de regresar a su país, donde espera iniciar una rehabilitación y poder utilizar una prótesis. “No está bueno que te disparen por un teléfono, pero amo esta ciudad y voy a volver”, indicó en una entrevista con TN.
Christoffer Persson tiene 36 años y había viajado con su novia a conocer Buenos Aires.
Persson relató que no guarda rencor y contó que espera regresar a la Argentina. Incluso, comentó que no lo sorprendió que los médicos le dijeran que debían amputarle la pierna: “Lo que me alivió, en ese momento, fue saber que iba a sobrevivir y todavía me siento así, no estoy deprimido por haber perdido la pierna, estoy feliz por haber sobrevivido”.
En otra entrevista con el diario Clarín, el turista sueco baleado aseguró que “hay ladrones e idiotas en todas partes, no es algo único de la Argentina o de Buenos Aires”. En este sentido, remarcó que “estas cosas pasan en todo el mundo”. “La próxima vez que esté aquí hablaré español, volveré, eso sería genial”, agregó.
Para Persson, será un “desafío interesante por delante” comenzar a utilizar una prótesis en su pierna derecha. Hasta ahora, el hombre de 36 años utiliza una silla de ruedas. “Me tengo que poner de pie nuevamente y usar la prótesis en la pierna, eternamente. Estoy ansioso de poder hacerlo, veo esto como un gran reto”, sostuvo.
De todos modos, aclaró que todavía no está listo para utilizarla. “Ya estaré mejor, voy a conseguir la mejor prótesis que pueda y volveré a andar en bicicleta nuevamente”, sostuvo con optimismo.
EL MOMENTO DEL DISPARO
Persson contó que recuerda todo el momento, desde el robo hasta el momento en el que una vecina, Analía, le hizo un torniquete con una toalla para frenar la hemorragia y la abundante pérdida de sangre. “Escuché el ruido del disparo, pero luego el chico huyó. María gritó y luego miré hacia abajo y vi la sangre que salía de mi pierna y me di cuenta que me habían disparado”, dijo.
“La verdad es que tuve mucha suerte de que ella (por la vecina) estuviera ahí. Cuando llegó la ambulancia pensé que quizás ahora estaría a salvo y no sería tan malo. Ese sentimiento me acompañó en todo el proceso de cirugía, sentí que estaba en muy buenas manos, el equipo de cirugía fue excelente”, señaló.