31 Enero de 2018 08:55
Sun Zhong Qin o "María", como se la conoce en Argentina, fue vista por última vez el pasado 20 de enero, cuando arribó desde Shanghai al Aeropuerto Internacional de Ezeiza. La mujer de 65 años había viajado al país asiático para visitar a un familiar y, luego de su llegada, nadie la volvió a ver.
María se encuentra desaparecida desde el día 20 de enero.
Según pudieron averiguar sus allegados, la señora llegó de China el viernes 19 a las 22.25 y gracias a una cámara de seguridad que la registró, se la volvió a ver el sábado 20 a las 4.30, cuando un supuesto empleado del aeropuerto la acompañó hasta la salida de los arribos internacionales.
Su hijo, Diego Ma, estaba al tanto de que su madre llegaba y ese viernes se presentó en Ezeiza cerca de las 19, con el objetivo de buscarla. Sin embargo, cuando pasaron las horas y ella no aparecía, ingresó al lugar para consultar sobre el paradero de su madre.
María arribó la noche del viernes 19, y cuatro horas después volvió a ser vista al salir del aeropuerto.
En el aeropuerto le indicaron que no había ninguna persona perdida. Alrededor de las 2 de la madrugada, el joven decidió volver a su casa con la idea de que su mamá se había ido por su propia cuenta.
Esta tarde, familiares y vecinos de la comunidad china se reunieron junto a los miembros de la Red Solidaria y Carlos Lin, referente de la comunidad china en Buenos Aires, en el arco del Barrio Chino, en el barrio de Belgrano, para pedir colaboración en la búsqueda.
Lin sostuvo que la familia ya hizo la denuncia ante las autoridades, y que durante las primeras 48 horas gente de la comunidad la buscó por diferentes zonas del barrio y del aeropuerto, aunque hasta el momento, nadie la vio.
El hijo de "María" aseguró que no sabe qué es lo que puede haberle pasado a su madre y dijo que tampoco tiene conocimiento sobre si la mujer tenía pesos argentinos al llegar al país. Además, pidió ante cámara que cualquiera que pueda aportar algún dato se comunique con Red Solidaria.
María llegó a la Argentina hace 10 años, y desde entonces, trabaja en la zona de Villa Urquiza. Mide 1,65 metros, tiene pelo corto y lacio con canas. El día de su desaparición, llevaba pantalón largo, alpargatas y una remera de mangas largas color beige.