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El misterio de la Ouija: su nacimiento como juguete y su supuesta maldición

Hace 132 años, el inventor Elijah Bond la patentaba en Estados Unidos. 

por Leo Morales

29 Mayo de 2022 08:00
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Corría el 28 de mayo de 1890, cuando el inventor Elijah Bond decidió que tenía que hacer algo por su futuro económico. Por eso,  fue hasta la oficina de patentes para registrar un nuevo invento. Esa misma jornada, Estados Unidos le otorgó la patente de la tabla Ouija, un juego de mesa que había cobrado fama en las sesiones de espiritistas y parapsicólogos durante aquellos años. 

¿Cuál era su función? Los especialistas en ciencias ocultas la utilizaban (y algunos la siguen utilizando) para comunicarse con los espíritus e invocarlos en diversas sesiones. Por entonces, los más famosos eran Theresa Maupin y Charles W. Kennard, los fundadores de la primera empresa fabricante de la tabla.

En la segunda mitad del siglo XIX, las ciencias ocultas eran el deleite de las clases altas. Las damas y los caballeros adoraban pagarle a los especialistas para conversar con sus antepasados, develar secretos familiares o, simplemente, comunicarse con los muertos en medio de rondas de té o café. 

Esa explosión por el ocultismo hizo ricos a varios. Y Bond vio en las tablas un negocio redondo. Aunque claro, no era un invento suyo. Un par de años antes, un francés llamado Planchette había diseñado un innovador modelo donde las respuestas eran escritas por un médium con una pluma con tinta. 

Cuando el negocio de los patentamientos se hizo realidad, Bond divisó una oportunidad. Masón desde hacía años y veterano de la Guerra de Secesión, siempre buscaba buenos negocios. Así fue que en medio del éxtasis por la comunicación con los espíritus, presentó la primera patente de la Ouija el 28 de mayo de 1890, hace 132 años. 

A pesar del paso de los años, la tabla cobró fama a mediados y finales del Siglo XX gracias a las películas, casi siempre de terror, en la que jovencitos usaban la tabla para desatar la ira del inframundo. ¿Cómo se usa dicha tabla? La Ouija tiene un alfabeto, un “sí” y un “no”, números y hasta un “adiós”. A partir de las preguntas de todos los presentes en la sesión, que deben tocar el puntero, que se mueve y brinda las respuestas. 

 

Lo más llamativo de la patente es que la tabla fue registrada como juguete y así se mantiene hasta la actualidad. Así fue comercializada en casi todos los países del mundo a excepción de algunas naciones de Europa, que la prohibieron para los niños. 

Cuando Bond murió en 1921, la marca pasó a manos del empresario William Fuld, que quintuplicó las ganancias gracias a la tabla. Durante seis años, gozó de las ganancias de la Ouija gracias a una visión mucho más comercial que la de Bond y también porque las vendía junto a las meses de billar. Pero la suerte le duró poco, en 1927, se cayó del techo de su fabrica y murió minutos después por los golpes. Así comenzó la supuesta maldición de las tablas. 

A partir de ese año, la empresa Parker Brothers se hizo cargo de la tabla. Despúes pasó a manos de la multinacional Hasbro, que aún la posee entre sus productos junto a otros famosos como el Monopoly, el Twister y muchos más. Hace cinco años, Hasbro vivió una polémica tras sacar a la venta una Ouija para nenas. ¿El detalle? Era rosa y eso no gustó a la mayoría. 

Hace algunos años, los descendientes de Bond le hicieron un homenaje al primero que patentó la tabla. Tras casi un siglo perdida, la tumba del empresario fue ubicada en el Green Mount Cemetery de Baltimore, así fue que en la parte trasera diseñaron un tablero de Ouija. La leyenda dice que varios intentaron contactar con el famoso empresario. 

 

La gran pregunta es: ¿Cómo funciona la Ouija? La ciencia intentó revelar el secreto. Y al parecer, lo logró. Según los científicos la causa del movimiento del puntero de la tabla es causado por el inconsciente de los participantes. En psicología fue denominado como efecto ideomotor.

Dicho efecto hace una persona haga “movimientos de manera automática y sin quererlo, respondiendo a ideas o emociones del momento”. De esa manera, si la mayoría cree en la comunicación a través del tablero, se logrará un autoengaño y los movimientos se harán de manera subconsciente por la mayoría y el resto los seguirá. Para otros, simplemente, la comunicación con el más allá es real. 

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